El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha hecho unas declaraciones -que oí en la cadena SER- para culpar al PSOE del menor crecimiento demográfico de la ciudad en comparación con el de las otras grandes urbes españolas, hasta el punto de que tal como vimos en un informe previo, Zaragoza se ha quedado a tan sólo 216 habitantes de superar a la capital de Andalucía como cuarta ciudad más poblada de España.
Sanz ha achacado el escaso incremento del número de habitantes de Sevilla a «la parálisis urbanística de los últimos años y a la política nefasta» que en esta materia hicieron, a su juicio, los anteriores gobiernos locales socialistas (mandatos de Espadas y de Muñoz). Según el alcalde, otros municipios del entorno, especialmente Dos Hermanas, aprovecharon el supuesto frenazo urbanístico en Sevilla para desarrollar suelos en los que se han construido viviendas con las que atraer a la población que -se colige- en otras circunstancias no habrían emigrado desde la capital al área metropolitana.
Sanz está perdiendo con sus declaraciones la imagen de seriedad que proyecta o que forma parte de su carácter, ya que últimamente se está alejando bastante de la realidad que reflejan los datos.
No es cierto que los gobiernos socialistas anteriores hayan frenado la concesión de licencias para la construcción de nuevas viviendas, aunque ésta no es la única solución para la -ahora contenida- regresión demográfica de Sevilla, ya que hay que analizar no sólo el número de viviendas que se construyen, sino, más importante aún, su tipología en función del poder adquisitivo de sus potenciales compradores.
Del informe ‘Veintidós mil viviendas más, veintitrés mil habitantes menos’, recupero el siguiente cuadro estadístico en el que, año a año desde 2007, comparo las viviendas nuevas y el número de habitantes:
Es justamente con un gobierno del PP, el de Juan Ignacio Zoido, cuando menos viviendas nuevas se construyen en la ciudad, pero hay que ponerse en el contexto para comprender la razón: a Zoido le afectó de lleno la crisis económica derivada del estallido de la burbuja inmobiliaria en septiembre de 2008.
Las viviendas nuevas empiezan a remontar justamente a partir del primer mandato del socialista Espadas en 2015. También tiene su explicación: justamente en el año previo (2014) se dio por concluida oficialmente la crisis de 2008, según la Contabilidad Nacional a partir de los datos de Instituto Nacional de Estadística. Desde 2017 no ha bajado en ningún año del millar el número de nuevas viviendas en la ciudad. Entre 2015 y 2022, los años de los últimos gobiernos socialistas, el número de nuevas viviendas en Sevilla se ha incrementado en 11.717. ¿Dónde está el parón urbanístico del que habla Sanz?
Ese incremento ha ayudado a revertir en dos años (2020 y 2023) la regresión demográfica que venía sufriendo la ciudad desde 2010. Pero, como dije antes, en mi opinión el número de nuevas viviendas no es el único antídoto para resolver el problema de la pérdida de población si los potenciales compradores de las mismas carecen de recursos económicos para adquirirlas.
Sanz nunca perdió la oportunidad en revisiones anteriores del censo o del padrón municipal negativas para Sevilla de culpar de todos los males a los gobiernos socialistas, como ha vuelto a hacer ahora, pese a que esta vez el dato ha sido positivo y él mismo se podía haber apuntado la mitad de este éxito (2.166 habitantes más) por haber gobernado durante el segundo semestre del año en números redondos, mientras que la otra mitad le correspondería a Muñoz por haberlo hecho durante el primer semestre.
EL PLAN PROMETIDO POR EL ALCALDE
El alcalde prepara los primeros Presupuestos municipales de su mandato, que se van a convertir en la prueba del algodón para evaluar las promesas que fue haciendo a lo largo de sus dos años de precampaña y en su programa electoral. Tiene ante sí la gran oportunidad de aplicar las recetas que preconizaba para materializar el que denominaba ‘Plan de crecimiento de la población‘, con medidas como éstas:
-Sólo con la atracción de la inversión, la generación empresarial, y por tanto el crecimiento del empleo, se consigue que la población se consolide, permanezca y aumente.
-Es necesaria una agilización de los trámites administrativos municipales, para que sea rápido realizar cualquier gestión, especialmente la obtención de licencias.
-La creación de un órgano específico para la captación y el mantenimiento de la inversión.
-La creación de una oficina para la coordinación y seguimiento de las obras en la ciudad.
-El recurso a la colaboración público-privada, para que puedan ser desarrollados proyectos importantes para la ciudad cuando las administraciones públicas no cuenten con los recursos suficientes, entre otras medidas.
-Un modelo fiscal alternativo para el desarrollo económico y personal, basado en bajadas de impuestos y tasas, así como mayores bonificaciones , con carácter general, para atraer la inversión y la generación de empleo, y, con carácter específico, para favorecer el empadronamiento y el crecimiento poblacional.
-Plan específico de ayudas para el fomento de la natalidad que contemple una ayuda general de 500 € por nacimiento o adopción y ayuda especial de 1.000 € por nacimiento o adopción de menor con discapacidad. Para tener acceso a estos beneficios los padres deberán estar empadronados en la ciudad de Sevilla y empadronar al recién nacido.
-Un cheque de maternidad de 500 euros mensuales para embarazadas que se encuentren en situación de riesgo de exclusión social al objeto de que cuenten con respaldo institucional durante el embarazo.
-Ayudas para material escolar.
-Puesta en funcionamiento de una tarjeta familiar municipal: instrumento digital que permita que toda familia sevillana censada pueda conocer en tiempo real las prestaciones, ayudas sociales económicas o en especie, así como los beneficios fiscales a los que pueda acogerse.
-Campañas de empadronamiento.
-Medidas orientadas al abaratamiento y a facilitar el acceso a la vivienda en Sevilla, como el fomento de la construcción de la vivienda pública.
Comprobaremos cuántas de estas promesas, medidas y planes se van a dotar de medios a partir de los primeros Presupuestos del alcalde y de su gobierno, aunque ya hay una pista en el proyecto que no invita precisamente al optimismo.
Para construir viviendas, tanto públicas como privadas (el mantra de todos los alcaldes para incrementar la población de la ciudad), es condición previa y «sine qua non» invertir en los sistemas generales previstos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Un constructor no puede colocar un ladrillo si antes el Ayuntamiento no ha invertido, generalmente el dinero previamente aportado por los dueños de los suelos o los promotores para el desarrollo de esos sistemas (que Monteseirín se gastó en las Setas de la Encarnación), empezando por infraestructuras básicas como redes de transporte eléctrico, agua, gas y de telecomunicaciones.
Pues bien, ¿saben cuánto dinero ha consignado Sanz en los Presupuestos en el concepto Sistemas Generales del PGOU? Setecientos mil euros, pero para el pago de la anualidad correspondiente a la deuda pendiente con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por la construcción de parques como el del Guadaíra.
En realidad, para los sistemas generales, cero euros, con lo cual no se desarrollarán más suelos ni más viviendas nuevas, salvo allí donde, como en el caso de Palmas Altas una inmobiliaria de la potencia de Metrovacesa se puede permitir el lujo de pagar dos veces por esos sistemas generales por mor del dispendio de Monteseirín, tal como vimos en un anterior informe.
¿Comprenden ahora por qué existen muchas probabilidades de que en la próxima revisión del censo o del padrón Zaragoza le dé el ‘sorpasso’ a Sevilla y se convierta en la cuarta ciudad de España? En tal hipótesis, y con año y medio ya en el gobierno de la ciudad, ¿qué argumentos tendría Sanz para volver a culpar al PSOE?
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