Más allá de la Giralda, la Torre del Oro y el Puente de Triana, Sevilla alberga joyas menos reconocidas pero igualmente esenciales. Uno de estos tesoros se encuentra en barrios periféricos, como el Cerro del Águila, que ha experimentado una transformación significativa a lo largo del siglo pasado, contribuyendo a la identidad única de Sevilla. Y en esa identidad se encuentra el Teatro Távora, que acaba de acoger el estreno de "Orestes a Juicio".
El complejo HYTASA se erige en las afueras del núcleo urbano consolidado, con el barrio del Cerro del Águila como su vecino más cercano. Esta ubicación estratégica se convirtió en hogar para las familias obreras que trabajaban en las fábricas circundantes, configurando un paisaje urbano que aún refleja las huellas de su pasado industrial.
La compañía HYTASA, en su apogeo, fue un imperio textil español que dejó su marca en la industria europea. La fábrica de tejidos HYTASA, construida entre 1938 y 1963, sigue siendo un testimonio arquitectónico de ese tiempo. El esfuerzo actual por recuperar y reutilizar estos espacios para otros fines resalta la necesidad de preservar la memoria industrial.
Situado en el Polígono Industrial Hytasa, el Teatro Salvador Távora emerge como un faro cultural en la periferia sevillana. Desde su apertura en 2007, este teatro ha desempeñado un papel fundamental en la promoción de las artes escénicas, contribuyendo a descentralizar la cultura en una zona predominantemente industrial.
Ante las adversidades, La Cuadra de Sevilla S.A. ha formado la cooperativa Távora Teatro Abierto, consolidando más de 40 años de labor cultural y artística en el Cerro del Águila. La iniciativa busca mantener viva la visión única de Salvador Távora, un hombre del barrio que triunfó globalmente con su enfoque autodidacta del arte.
José Luis Palomino y el Teatro Távora
Las riendas del Teatro Távora las lleva ahora José Luis Palomino Obrero, y la última obra que se ha estrenado en sus tablas es "Orestes a Juicio", destacando “la elección de la Compañía Teatro de la Resiliencia para estrenar la obra en el Teatro Távora”, ya que muchos de los miembros de la compañía son exalumnos de la ESAD y tuvieron contacto previo con el teatro durante prácticas.
Palomino expresó su entusiasmo al revelar que la obra ha llenado casi por completo el teatro, superando las expectativas iniciales en términos de asistencia y recepción por parte del público. La participación activa del público durante un juicio interactivo en la obra proporciona una “experiencia única y enriquecedora”.
Al abordar la relación con el Ayuntamiento de Sevilla, Palomino compartió preocupaciones significativas, ya que el Teatro Távora se siente “excluido” no solo en términos de información, sino también en el acceso a subvenciones municipales. Aunque han sido beneficiarios de subvenciones hasta el año 2022, aún no las han recibido, lo que refleja una “situación financiera complicada”.
Sobe las posibles razones de esa exclusión, Palomino sugirió que podría estar relacionado con la ideología de Salvador Távora, el fundador del teatro. Távora, siendo una figura autodidacta con raíces en el barrio, “no encaja necesariamente en la corriente convencional de las élites culturales, lo que podría generar cierta aversión”.
En cuanto a la promoción de las obras del Teatro Távora, Palomino explicó que utilizan diversos canales, como redes sociales, siendo conocidos como "Távora Teatro Abierto". Sin embargo, enfatizó la dificultad de la tarea debido a la falta de recursos financieros. A pesar de tener acuerdos con algunos medios locales, sienten que la “visibilidad” que proporcionaría el Ayuntamiento es “limitada”.
Finalmente, el director subrayó el significado del Teatro Távora para el barrio del Cerro del Águila. Aunque al principio el teatro “no era frecuentado”, ahora se ha convertido en un “punto de encuentro cultural importante”. Han establecido convenios con diferentes entidades, incluida la Asociación de Mercados y el Colegio de Ingenieros, además de realizar campañas escolares en colaboración con las instituciones educativas locales.
“El teatro no solo es un espacio de entretenimiento, sino también un lugar para la reflexión y la transformación social”, concluía.
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