El misterio que rodea la identidad de Banksy, uno de los grandes enigmas de la cultura pop del siglo XX y XXI, está más cerca de resolverse. La clave podría estar en una entrevista de 2003 de la BBC británica, donde al preguntarle si su nombre era Robert Banks, el artista respondió: "Es Robbie".
En la actualidad, Banksy se enfrenta a una demanda que amenaza con desvelar su verdadera identidad. Andrew Gallagher, empresario y pionero del grafiti, ha interpuesto una demanda por difamación contra Banksy y Pest Control Ltd, la empresa encargada de gestionar las ventas de sus obras. En la demanda, se menciona a Robin Gunningham, largamente asociado con Banksy, y se le solicita declarar.
Esta situación judicial podría forzar al grafitero a presentarse en el juzgado, siempre que pueda ser identificado o notificado oficialmente. Banksy, conocido por sus pugnas públicas con otros artistas como el fallecido Robbo, ha logrado mantener su anonimato a pesar de su fama.
Desde que sus obras comenzaron a aparecer en Bristol en los años 80, Banksy ha evitado ser captado en el acto de crear sus grafitis, incluso cuando se le ha visto trabajando, como en el metro de Londres, siempre ha utilizado protección personal y máscaras para preservar su anonimato. Sus obras, que alcanzan millones de euros en subastas y ventas privadas, son un testimonio de su habilidad para mantenerse en el anonimato mientras se mantiene en la vanguardia del arte callejero.
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