Según ha indicado el consejero de Medio Ambiente en declaraciones a Europa Press, en Andalucía existen "garantías jurídicas suficientes" para blindar la "tranquilidad y seguridad de la población" en este sentido, que vienen dadas por el Decreto 281/2002, de 12 de noviembre, por el que se regula el régimen de autorización y control de los depósitos de efluentes líquidos o de lodos procedentes
de actividades industriales, mineras y agrarias, así como por la Ley estatal de Responsabilidad Ambiental y la Ley GICA de la comunidad andaluza.
Díaz Trillo ha señalado, asimismo, que las tareas que se llevan a cabo en Andalucía cuando se inicia una actividad minera "llevan impregnadas desde el principio la visión medioambiental". "Nada que no sea sostenible y cuente con garantías medioambientales puede hacerse en Andalucía en el sector de la minería", asegura.
En este sentido, ha destacado que el Plan de Reordenación de Recursos Mineros de Andalucía hace hincapié de manera "decisiva" en el aspecto ambiental. De hecho, dice, el 90 por ciento de su presupuesto, es decir, 91 millones de euros, están destinados a medidas ambientales.
También ha asegurado que cuando finaliza una actividad agrícola, industrial o minera en Andalucía "se clausuran las balsas que ha intervenido en el proyecto y se restaura la zona", aunque ha subrayado que la apuesta de la Junta de Andalucía "es siempre por prevenir para no tener que curar más tarde".
El consejero ha brindado, además, la ayuda y colaboración de los expertos andaluces al país húngaro, los cuales pueden ofrecer "la experiencia que adquirió la comunidad después del desastre ecológico de Aznalcóllar", cuando la rotura de la mina de pirita ubicada en la localidad sevillana provocó el 25 de abril de 1998 un vertido de cuatro millones de metros cúbicos de agua ácida y un millón de metros cúbicos de material de desecho con altas concentraciones en elementos tóxicos que afectaron a más de 4.500 hectáreas de los ríos Agrio y Guadiamar y de los terrenos de alrededor, llegando al Parque Nacional de Doñana.
El consejero ha defendido la actuación del Gobierno andaluz después del siniestro diciendo que "en aquel desastre medioambiental, hicimos de la necesidad virtud y después de una actuación muy rápida con la que evitamos males mayores llevamos a cabo una importante restauración que ha dado lugar al nacimiento del Corredor Verde del Guadiamar", ha afirmado.
Por otro lado, se ha referido a la mina que explota Cobre-Las Cruces en los municipios sevillanos de Gerena, Guillena y Salteras y que ha recibido la crítica de los grupos ecologistas. Al respecto, Díaz Trillo que este proyecto "cuenta con las garantías y seguridad jurídica necesaria", por lo que pidió "tranquilidad".
De este modo, ha recordado que la Junta "actúo inmediatamente abriendo un expediente a la empresa cuando detectó que incumplía uno de los aspectos estipulados en cuanto a la compensación ambiental de la cantidad de agua extraída del acuífero Niebla-Posadas" y ha asegurado que en la zona "no hay ningún problema de calidad de las aguas".
9.352 BALSAS MAYORES DE 700 M2
Según la información facilitada a Europa Press por la Consejería de Medio Ambiente, en Andalucía existen unas 316 balsas de lodos, lo que representa el 12,8 por ciento de la totalidad de instalaciones de estas características que hay en España.
Atendiendo a su tipología, más del 50 por ciento, es decir, 184, son de arcilla y limo; 39 de sulfuros, 27 de arenas, 19 de arenas y gravas, 15 de sílice, 11 de pirita, tres de lixiviados, dos de aguas, otras dos de yesos, una de azufre, una de cobre y otras tantas de fluorita, grauwacas, lodos de decantación, magnetita, mármol, metales, pizarras y plomo.
Por provincias, en Almería se ubican 44 balsas de lodos; en Cádiz, son 67; en Córdoba, 31; en Granada, 17; en Huelva, 74; en Jaén, 29; en Málaga, 2 y en Sevilla, 53.
En total, se contabilizan en Andalucía 9.352 balsas mayores de 700 metros cuadrados, de la cuales el 53 por ciento se corresponden con balsas de riego (4.981); el 25 por ciento son de uso para la ganadería (2.318), el seis por ciento tiene un uso para riego y ganadería (578), otro seis por ciento es de uso industrial (542), el 3 por ciento está relacionado con el sector de la minería (297) y el siete por ciento corresponden a balsas de invernadero (636).
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