Hoy les quiero narrar una experiencia de un testigo que se atrevió a contactar conmigo merced a un encuentro con un fantasma en una carretera y sabiendo que podría escribir a correo@garciabautista.net para cualquier encuentro con lo extraño sucedido en Andalucía o cualquier otro punto del mundo.
El me decía: “Mi nombre es X y mi trabajo está en el entorno natural de la Sierra Norte de Sevilla, por lo que la recorro con frecuencia.
Hace unos años, un día de lluvia cerrada, mi compañero y yo estábamos realizando un censo de linces ibéricos en la zona de Valdeinfierno, en la provincia de Córdoba. La lluvia era tan intensa que apenas podíamos ver a nuestro alrededor.
De repente, en medio de la oscuridad y la niebla, vimos una figura caminando por la carretera. Era un hombre de mediana edad, con hábito franciscano. Iba mojado hasta los huesos y parecía estar sufriendo mucho.
Mi compañero y yo nos quedamos paralizados. No podíamos creer lo que estábamos viendo. Era como si el tiempo se hubiera detenido.
El hombre siguió caminando, sin prestarnos atención. Nos quedamos mirándolo hasta que desapareció en la oscuridad.
Cuando pudimos reaccionar, nos miramos el uno al otro sin saber qué decir. Ambos estábamos convencidos de que habíamos visto un fantasma”.
Hace escasamente unas semanas una pareja, en dirección a Sevilla volvió a ver esta aparición del monje fantasma. La pareja quedó muy impactada: “Lo vimos como te vimos a ti, un monje de aspecto viejuno que al pasarlo desapareció ante nuestros ojos. Volvimos al lugar del encuentro para investigar. Buscamos cualquier pista que pudiera confirmar lo que habíamos visto, pero no encontramos nada”.
La noticia del encuentro se difundió rápidamente por la zona. Pronto se empezó a hablar del "monje de la Sierra Norte", y se contaron todo tipo de historias sobre él.
Algunos decían que era el fantasma de un monje que había sido asesinado en el siglo XVII. Otros decían que era el espíritu de un peregrino que había muerto de agotamiento durante su camino a Santiago de Compostela, pero todo esto último es sólo rumorología, especulaciones sin ningún valor hasta que no se demuestre su veracidad.
“Yo no sé qué pensar. Lo único que sé es que lo que vi ese día fue real” me decía el testigo.
Hablando con un sacerdote en Sevilla me decía: “Una de las posibilidades es que fuera el fantasma de un monje que había sido castigado por algún pecado. La Sierra Norte está llena de leyendas sobre monjes que fueron condenados a sufrir por sus pecados”.
Sea como sea, el encuentro con el monje de la Sierra Norte sigue provocando encuentros que parecen imposibles y una frase que se repite con frecuencia: “Es una experiencia que nunca olvidaré”.
El caso del monje de la Sierra Norte sigue siendo un misterio. No hay pruebas que confirmen su existencia, pero tampoco hay pruebas que lo desmientan. Algunos expertos creen que podría ser un caso de pareidolia, un fenómeno psicológico que nos hace ver formas o figuras donde no las hay. Otros creen que podría ser un caso de alucinación, provocada por la fatiga, el estrés o el clima. Sin embargo los testigos están convencidos de que lo que vieron fue real.
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