Los documentos, que sirvieron como prueba contra el Gobierno nazi en los juicios de Nuremberg tras la Segunda Guerra Mundial, estipulaban que nadie que fuera judío podía ser considerado alemán y no podía, por tanto, trabajar legalmente en el país ni relacionarse con sus ciudadanos, al pertenecer a otra raza.
Los Archivos Nacionales, que cuentan con millones de documentos relacionados con el Tercer Reich, el Holocausto judío y los juicios de Nuremberg, albergan las famosas y tan preciadas leyes desde agosto de 2010.
Hasta entonces habían permanecido en la biblioteca de investigación Huntington, en San Marino (California), donde las llevó, en 1945, el célebre general George S. Patton, quien desobedeció las órdenes que exigían mantener en territorio alemán cualquier prueba relacionada con la persecución de los judíos.
LA NEGLIGENCIA DE PATTON
La negligencia de Patton, que no se conoció hasta años más tarde, provocó que la acusación de los juicios de Nuremberg utilizara fotocopias de los documentos originales, que se creían desaparecidos o destruidos.
En la presentación al público de las leyes, que sólo se exhibirán hasta el próximo 18 de octubre, estarán presentes familiares de Martin E. Dannenberg, el soldado estadounidense que descubrió los documentos tras la caída del régimen nazi.
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