Trópico de letras

Puro Teatro

La saturación se ha desviado por imperiosa necesidad hacia otro conflicto bélico. ¿Por qué?

Publicado: 17/11/2023 ·
18:13
· Actualizado: 17/11/2023 · 18:13
  • Gaza. -
Autor

Mari Loli Romero López

Maestra y escritora. Colaboradora en revistas internacionales. Dos libros publicados y cinco pendientes de publicación

Trópico de letras

Este blog trata de opiniones diversas sobre un mundo diverso

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Casi dos años de superproducción y hartura mediática sobre la invasión de Rusia a Ucrania, narraciones sobre los bombardeos y la violencia en los lugares más afectados utilizando  emisiones de radio y televisión, coberturas digitales, de prensa escrita, redes sociales, Tik Tok, Telegram, Twitter, hasta pintadas en paredes y muros (“Guerra Nuclear, Putin”...). Se solicitaba ayuda humanitaria para los ucranianos y la gente, solidaria por naturaleza, se volcaba entregando productos de primera necesidad, sanitarios y alimentación. Por todas partes se veían las banderas bicolor azul y amarillo que colgaban de multitud de puertas, ventanas y balcones. Ahora esa saturación se ha desviado por imperiosa necesidad hacia otro conflicto bélico. ¿Por qué? Pues porque es necesario esquivar la atención del escándalo y la hecatombe de la guerra en Ucrania, aunque continúe, porque no ha terminado.

El ciclo informativo mundial ha girado en torno a la monstruosa violencia y el sufrimiento en Gaza, lo cual es hasta muy lógico, dada la horrenda escala del desastre en la que, a día de hoy en el que escribo este artículo, domingo 12 de noviembre, más de once mil personas, siendo la mitad de ellas niños y la otra mitad civiles, sin culpa, han muerto a causa del asedio y las bombas israelíes. Ojalá que cuando salga este número del Viva Barbate se haya declarado el alto el fuego.

Es realmente inaudito la declinación y disminución del interés por la guerra de Ucrania. Lo que intento es hacer pensar sobre la fragosa supresión de esta guerra como noticia por parte de todos esos medios de comunicación, lo que demuestra que la guerra por poderes en este país  ha sido o mejor dicho, sigue siendo, porque no ha terminado, una agenda geopolítica artificiosa y carente de democracia.

Dicho conflicto fue dibujado como una declaración sangrienta de la narrativa que usaba el presidente de los EEUU sobre una pugna maniquea entre democracia y autocracia. Esta narrativa manipulativa no era sino para convencer al mundo occidental y sobre todo a los europeos para que contribuyéramos con dinero para apoyar a Ucrania en contra de Rusia. Puro teatro. Biden, el director, Volodimir Zelenski, el actor principal y protagonista (manipulado, por supuesto). Putin, el antagonista. Ya lo he dicho en varias ocasiones y en otros artículos de opinión, esta guerra es una guerra indirecta, no sólo contra Rusia, sino contra China y otras naciones que van emergiendo y que rechazan la hegemonía dominante del imperialista americano. Y de todos es sabido, que la OTAN se creó en el año 1949 para contener a Rusia y como un arma de confrontación  que ha ido extendiéndose y acercándose a sus fronteras para acorralarla.

Ahora el escenario del teatro cambia de lugar. Nos vamos a Oriente Medio, donde el régimen israelí apoyado por Occidente (sobre todo, EEUU) masacra impunemente a civiles palestinos. El título de la comedia “Derecho a la autodefensa”. Y lo malo siguen siendo los informes trastocados o la desinformación que nos llega a través de la televisión o de los periódicos.

De todas formas, lo llamativo es la inesperada bajada de la información occidental de la guerra en Ucrania. Y no es porque la agresión en este país haya disminuido, no, la lucha sigue siendo tan cruel como al principio. Entonces, ¿por qué esta disminución de información? Pudiera ser que se ve con claridad el fracaso de la OTAN. Noventa mil soldados ucranianos han perdido la vida en los últimos cuatro meses, que sumados a las muertes anteriores suponen un total de cuatrocientos mil muertes de militares hasta la actualidad. Así es que Rusia ha llegado hasta Crimea y el Mar Negro y las líneas de defensa rusa se mantienen intactas e indestructibles.

Pero está claro que Ucrania ha dejado de ser la prioridad para la ayuda militar proporcionada por el gobierno americano de Biden. La guerra en Gaza lo ha obligado a desviar tiempo y recursos y lo importante es que Ucrania ya estaba flaqueando. La financiación militar americana se ha atascado  en el Congreso, pues, además, los republicanos (seguidores de Trump) se han vuelto en contra de la guerra y votan en oposición de liberar recursos para este frente.

Doscientos mil millones de dólares americanos, sin contar lo aportado por la Unión Europea, para sostener un régimen nazi, como decía Putin, el mundo lo puede ver como el escándalo más fuerte de estos tiempos. Hay que alejar la atención pública para evitar las ruidosas consecuencias políticas.

Como también es cierto que la matanza de palestinos en Gaza es una vergüenza a nivel mundial   y digna de atención preferente. Se debería de buscar una solución apropiada de paz, en un marco plenipotenciario y legal y no promover de manera falsa la causa del conflicto como lo han venido haciendo EEUU y la Unión Europea desde hace muchos años y solapando un genocidio contra los palestinos desde el año 1948.

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