El exasesor presidencial ucraniano Oleksí Arestóvich anunció esta semana en una entrevista con la publicación independiente rusa Meduza su intención de presentarse a las próximas elecciones presidenciales que se celebren en Ucrania.
“Definitivamente”, respondió Arestóvich a la entrevistadora al ser preguntado sobre la posibilidad de que concurra a los próximos comicios.
Ucrania debe celebrar elecciones el año que viene, pero la ley marcial que impera en el país debido a la guerra prohíbe ir a las urnas mientras esté en vigor. Arestóvich es una de las figuras públicas de más peso que exige que se busque una fórmula para celebrar los comicios en medio de la guerra.
“Cualquier aplazamiento de las elecciones presidenciales se considerará una usurpación del poder en la sociedad ucraniana, o en una parte de ella”, dijo también Arestóvich durante la entrevista, en la que recordó que el mandato del presidente Volodímir Zelenski expira el próximo 31 de marzo.
Arestóvich también propone en la entrevista renunciar a recuperar militarmente parte de los territorios ocupados por Rusia a cambio del ingreso de Ucrania en la OTAN, una postura considerada tabú en el discurso público ucraniano.
El exasesor presidencial dio la entrevista desde fuera de Ucrania y afirmó que podría no regresar al país por miedo a que se tomen represalias contra él. El jefe del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Oleksí Danílov, acusó recientemente a Arestóvich de ser un instrumento del Kremlin, y varios diputados han pedido que se tomen medidas contra él.
En su entrevista con Meduza, Arestóvich denunció haber recibido una visita de la policía a su domicilio después de que criticara públicamente el desempeño de Zelenski en su última visita a EEUU.
Este carismático exmilitar que también fue actor dimitió en enero de este año como asesor del presidente Volodímir Zelenski tras recibir duras críticas por afirmar que un misil ruso que causó numerosas víctimas había caído sobre un edificio de viviendas tras ser interceptado por un misil ucraniano.
Desde entonces, Arestóvich se ha mostrado muy crítico con la administración de Zelenski, a la que responsabiliza del “fracaso” de la contraofensiva y acusa de intentar monopolizar el poder.
Arestóvich también rechaza la política de Kiev de eliminar la lengua rusa de la vida pública y reprocha a las autoridades su autocomplacencia y una supuesta falta de visión en política exterior.
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