Los técnicos del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Huelva han realizado este jueves un examen del estado de salud de la palmera de la Plaza Quintero Báez en un contexto real. La previsión de temporal durante la jornada ofrecía a los profesionales la oportunidad de observar el comportamiento del centenario ejemplar en unas circunstancias cercanas a las que tuvo que soportar durante la tormenta Bernard del día 22. De este modo se podrán sacar conclusiones claras sobre los efectos de las adversas condiciones climáticas que padeció hace algo más de una semana. El objetivo del análisis es garantizar que no hay riesgo para las personas y que el ejemplar no padece ninguna anomalía.
Este martes ya se le hizo un primer estudio técnico para calibrar el posible impacto del temporal que azotó a la ciudad. Los técnicos detectaron valores internos que requieren de un mayor análisis, por lo que recomendaron realizar este test de respuesta en un contexto real. Además, se le hizo una poda de emergencia para descargarla de peso, lo que mejora su inclinación. El viento de más de 100 kilómetros/hora dejó a su paso una estela de daños con más de mil árboles arrancados, mobiliario urbano destrozado e importantes consecuencias materiales. No obstante, numerosos árboles en pie de la ciudad han desvelado con el paso de los días afecciones no visibles de forma superficial. Es por eso que los técnicos determinan que la mejor manera de detectar si existe algún defecto interno en la palmera es observando la respuesta de la misma a unas condiciones climáticas adversas.
Para poder realizar el test con seguridad ha sido necesario establecer un perímetro alrededor de la palmera. Se ha establecido un operativo en coordinación con la Policía Local para desviar el tráfico durante las horas a las que estaba prevista la mayor incidencia del viento. Así, ha quedado restringido el acceso a la calle Palos desde Quintero Báez entre las 10.00 y las 14.00 horas.
Los resultados obtenidos serán cotejados con el histórico de la palmera, para fijar la evolución del estado de salud del histórico ejemplar durante los últimos años. De esto permitirá tener una imagen global del avance del deterioro como consecuencia de la avanzada edad del ejemplar, lo que la vuelve cada vez más frágil y vulnerable frente a temporales como los de las últimas semanas.
La palmera de Quintero Báez tiene establecido un plan especial de seguimiento con revisiones pormenorizadas cada seis meses. Se trata de un ejemplar con casi 130 años y con más de 25 metros de altura que sufre los achaques del paso del tiempo, lo que obliga a los técnicos municipales a exámenes periódicos para garantizar la seguridad de las personas. La palmera es un ser vivo con una edad muy avanzada. Así, dos veces al año se estudia su grado de hidratación, la densidad y uniformidad de su estipe, posible afección de patógenos, la inclinación y se le hacen test de resistencia y oscilación para comprobar que mantiene su flexibilidad frente a los azotes del viento. No obstante, nunca a lo largo de su dilatada vida había tenido que enfrentarse a un temporal de esa magnitud. Es por ello que dentro del plan de revisión de todo el arbolado de la ciudad se incluye una intervención especial con este ejemplar singular. El objetivo es garantizar que no existe ningún riesgo para las miles de personas que cada día pasan bajo su esbelta silueta.
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