El frío es un factor ambiental que influye en el funcionamiento de nuestro organismo, especialmente en el metabolismo, que es el conjunto de reacciones químicas que permiten obtener energía de los alimentos. Algunos estudios científicos han sugerido que la exposición al frío puede favorecer la pérdida de peso al aumentar el gasto energético y activar un tipo de grasa que quema calorías. Sin embargo, ¿es esto realmente cierto? ¿Qué evidencias hay al respecto? ¿Qué riesgos y beneficios tiene el frío para la salud? En este artículo intentaremos responder a estas preguntas con rigor y objetividad, analizando las opiniones de expertos y las investigaciones más recientes sobre el tema.
¿Cómo afecta el frío al metabolismo?
El metabolismo se puede dividir en dos vías: la catabólica, que descompone los compuestos complejos en simples y libera energía, y la anabólica, que crea compuestos complejos a partir de los simples y consume energía. El equilibrio entre estas dos vías determina el balance energético del organismo, es decir, la diferencia entre las calorías que se ingieren y las que se gastan. Cuando el balance energético es negativo, se produce una pérdida de peso; cuando es positivo, se produce un aumento de peso; y cuando es neutro, se mantiene el peso.
La temperatura ambiental afecta al balance energético al modificar la demanda de energía del organismo para mantener su temperatura interna constante, que es de unos 37ºC en los humanos. Cuando hace frío, el cuerpo necesita producir más calor para compensar la pérdida de calor por convección, conducción, radiación y evaporación. Este proceso se llama termogénesis y supone un aumento del gasto energético. Según un estudio publicado en Trends in Endocrinology & Metabolism, la exposición regular al frío leve (entre 15ºC y 16ºC) puede aumentar el gasto energético entre un 2% y un 5%, lo que equivale a unas 100-150 calorías al día.
¿Qué tipo de grasa se activa con el frío?
El tejido adiposo es el encargado de almacenar la grasa en el organismo. Existen dos tipos de tejido adiposo: el blanco y el marrón. El tejido adiposo blanco es el más abundante y tiene como función principal almacenar el exceso de energía en forma de triglicéridos. El tejido adiposo marrón es menos abundante y tiene como función principal generar calor mediante la oxidación de ácidos grasos. Este tipo de grasa se encuentra principalmente en la región del cuello y se activa en respuesta al frío, a las hormonas o a los nervios simpáticos.
El tejido adiposo marrón tiene una gran concentración de mitocondrias, que son las organelas celulares encargadas de producir energía. Estas mitocondrias tienen una proteína llamada UCP1 (uncoupling protein 1) que disipa la energía en forma de calor en vez de convertirla en ATP (adenosín trifosfato), que es la molécula que transporta la energía dentro de las células. De esta forma, el tejido adiposo marrón contribuye a la termogénesis y al gasto energético.
¿Qué beneficios tiene el frío para la salud?
Además de favorecer la pérdida de peso, el frío puede tener otros beneficios para la salud. Por ejemplo, según un estudio publicado en Nature Medicine, el frío puede mejorar la sensibilidad a la insulina, que es la hormona encargada de regular los niveles de glucosa en la sangre. Esto podría prevenir o tratar la diabetes tipo 2, que se caracteriza por una resistencia a la insulina. El frío también puede tener efectos antiinflamatorios, al reducir la producción de citoquinas proinflamatorias y aumentar la producción de citoquinas antiinflamatorias. Esto podría aliviar el dolor y la inflamación asociados a diversas enfermedades, como la artritis o las lesiones musculares.
¿Qué riesgos tiene el frío para la salud?
El frío también puede tener efectos negativos para la salud, sobre todo si es extremo o prolongado. Por ejemplo, el frío puede provocar hipotermia, que es una disminución peligrosa de la temperatura corporal por debajo de los 35ºC. Esto puede causar confusión, somnolencia, pérdida de conciencia y hasta la muerte. El frío también puede provocar congelación, que es una lesión irreversible de los tejidos por la formación de cristales de hielo en las células. Esto puede afectar a las extremidades, como los dedos de las manos y los pies, y provocar necrosis, gangrena y amputación.
El frío también puede afectar al sistema cardiovascular, al aumentar la presión arterial, la frecuencia cardíaca y el riesgo de coágulos sanguíneos. Esto puede favorecer el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, la angina de pecho o el infarto de miocardio. El frío también puede afectar al sistema respiratorio, al irritar las vías aéreas, aumentar la producción de moco y reducir la capacidad pulmonar. Esto puede empeorar los síntomas de enfermedades respiratorias, como el asma, la bronquitis o la neumonía.
¿Qué recomendaciones se pueden dar para aprovechar el frío sin poner en riesgo la salud?
Para beneficiarse del frío sin sufrir sus consecuencias negativas, se pueden seguir algunas recomendaciones:
• Exponerse al frío de forma gradual y moderada, evitando cambios bruscos de temperatura y situaciones extremas.
• Mantener una buena hidratación y una alimentación equilibrada, rica en nutrientes y antioxidantes.
• Vestirse con varias capas de ropa que permitan regular el aislamiento térmico según las condiciones ambientales.
• Proteger las zonas más sensibles al frío, como la cabeza, las manos y los pies, con gorros, guantes y calcetines.
• Evitar el consumo de alcohol y tabaco, que alteran la circulación sanguínea y aumentan el riesgo de hipotermia y congelación.
• Consultar al médico en caso de duda o de tener alguna enfermedad preexistente, como problemas cardiovasculares, respiratorios o metabólicos.
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