El caso se remonta meses atrás cuando Taylor iba a empezar el rodaje de su película Abduction y, como otros tantos actores, quiso tener su propia caravana, acondicionada a su gusto, para poder descansar entre toma y toma.
Por eso, el joven actor se dirigió al concesionario McMahon RV en Irvine, California, y encargó un modelo Affinity Country Coach 2006 que debía estar listo para el mes de junio, justo antes del inicio del rodaje.
La caravana no llegó a tiempo y dos meses más tarde, los abogados de Lautner presentaron una denuncia por incumplimiento de contrato y fraude contra el concesionario californiano. El propietario del negocio, Brent McMahon, ansioso por hacerse publicidad, convocó una rueda de prensa en la que anunció una propuesta para el actor: un enfrentamiento público a base de hacer flexiones.
Si ganaba el propietario, Taylor le pagaría 40.000 dólares en métalico, pero si lo hacía el actor, él donaría esa misma cantidad a cualquier ONG. No le hicieron ningún caso y el abogado de la estrella de Crepúsculo anunció que, sin ningún tipo de concurso atlético de por medio, McMahon aceptaba indemnizar al actor con los 40.000 dólares.
Fue el propio Taylor Lautner quien más tarde decidió donar el dinero a la Lollipop Theater Network, una organización caritativa cuya principal actividad es organizar proyecciones de películas, que en ese momento se encuentran en la taquilla de Estados Unidos, a niños con enfermedades crónicas o que hayan sido gravemente hospitalizados.
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