El Alcázar de Sevilla, el segundo conjunto histórico más visitado de Andalucía tras la Alhambra, cuenta con una plantilla de 43 trabajadores, uno más de los que había en 1935, cuando entró en vigor su primer "Reglamento" de funcionamiento tras la cesión del monumento al Ayuntamiento de Sevilla por parte del Gobierno de la República.
El Conjunto Histórico del Alcázar tiene además diez funcionarios municipales adscritos, pese a lo cual fuentes próximas al conjunto monumental consideran una desproporción que la plantilla siga más o menos igual que hace casi noventa años cuando las necesidades del monumento han cambiado, ya que el año pasado tuvo 1.732.845 visitas y normalmente supera las 1.200 actividades anuales, de la más diversa índole.
El documento mecanoscrito de aquel primer "Reglamento" del Alcázar, que se conserva en el archivo histórico del propio Alcázar, disponía que el conjunto monumental contaba con una plantilla de 42 personas, desde el director y los administrativos, al taquillero, jardineros y mozos empleados en diversas tareas.
Según un cálculo efectuado por fuentes próximas al monumento, las cifras actuales de visitas y de actividades equivalen, también por la extensión que tiene el conjunto, a cuatro trabajadores por hectárea, a un trabajador para cada 41.200 visitantes, y a un trabajador para cada treinta actividades o celebraciones.
EFE no ha conseguido hablar con la representación sindical del Alcázar, mientras que fuentes municipales han señalado que en este conjunto monumental, que forma parte de uno de los primeros que se declaró Patrimonio de la Humanidad en España, "se ha mantenido prácticamente el mismo personal desde hace años".
En efecto, así lo corrobora el veterano arquitecto Rafael Manzano, quien fue director de los Reales Alcázares casi veinte años, entre los sesenta -cuando sustituyó en el puesto al poeta Joaquín Romero Murube- y los ochenta, y que ha recordado que durante esos años hubo periodos con aún menos trabajadores, de modo que todo el conjunto se atendió con sólo seis o siete personas.
A pesar de tan escasa plantilla, el arquitecto ha considerado que en aquellos años el conjunto "no estaría peor que ahora, porque peor que ahora parece imposible".
Manzano ha lamentado que en el ayuntamiento y en la Administración en general haya "tanta inercia y tan poco talento; de modo que, si se crea una plaza de jardinero, esa plaza se mantendrá siempre aunque se instale un riego automático".
"El problema es que van echando a los que van aprendiendo; la mayor parte de los funcionarios no saben de jardinería, ni de arte, ni del mudéjar pero al cabo del tiempo de trabajar allí van aprendiendo y, cuando ya saben, los echan y los sustituyen por otros", ha señalado.
Otro ex director del conjunto, José María Cabeza, uno de los grandes expertos sevillanos en conservación del patrimonio histórico, ha recordado a EFE que desde 1995 el Alcázar es organismo autónomo, y que desde entonces, en efecto, la plantilla no se ha modificado aunque sí se ha incrementado en ese periodo el número de funcionarios que trabajan en las oficinas.
Cabeza, que ha señalado que algunas tareas concretas también se encargan a empresas externas y que dirigió el Alcázar durante 18 años y ejerció como consejero del conjunto ocho más, ha señalado que siempre abogó, más que por una ampliación de la plantilla, por una tecnificación o actualización de la misma.
Con esa idea, el conjunto histórico precisa, a su juicio, de un arqueólogo, de un informático y de un ingeniero agrícola, o sea de un conjunto de especialistas que integren una plantilla más profesionalizada.
En el mismo sentido que Cabeza se ha pronunciado la historiadora Consuelo Varela, también ex directora del Alcázar, que igualmente ha señalado las tareas desarrolladas por empresas externas y, sobre todo, que lo que precisa el conjunto es personal eficaz y profesionalizado.
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