La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo hoy que el sistema de sanidad de la Franja de Gaza se encuentra en un punto de ruptura y que se acaba el tiempo para evitar una catástrofe humanitaria, lo que sucederá si no se puede suministrar de forma urgente combustible y suministros médicos.
"Los hospitales sólo disponen de unas pocas horas de electricidad al día, ya que están obligados a racionar las reservas de combustible que tienen y que se están agotando", indicó.
Su dependencia de los generadores es total en estos momentos para mantener las funciones más críticas, indicó el organismo.
No obstante, esas funciones vitales también se interrumpirán en cuestión de pocos días al agotarse las reservas de combustible, lo que tendría "un impacto devastador para los pacientes más vulnerables, incluidos los heridos que necesitan cirugía, los pacientes en cuidados intensivos y los recién nacidos en incubadoras".
La OMS relató que en todos los hospitales ahora la prioridad es la atención de urgencias para salvar vidas y que esto ha perturbado todos los demás servicios, como la atención obstétrica, de enfermedades como el cáncer y las cardiopatías, y el tratamiento de infecciones comunes.
Los desplazados dentro de la franja de Gaza por los ataques del Ejército israelí han superado los 423.000, un 25 % más que en la víspera, dijo por su parte la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) de Naciones Unidas.
Según las cifras proporcionadas por el MInisterio de Salud de Gaza a la ONU, en las últimas 24 horas otros 317 palestinos fueron asesinados, lo que eleva la cifra total a 1.417 y que no toma en cuenta a las personas que se encuentran bajo los escombros de los edificios bombardeados, ni a los milicianos muertos durante su incursión en territorio israelí el pasado sábado.
Los heridos palestinos totalizan 6.268 tras los ataques que entran hoy en su séptimo día.
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