Según explica la nota, los arrestados entraban en una sala web para intercambiar sus correos electrónicos de forma que sus comunicaciones tuvieran mayor privacidad para posteriormente proceder al intercambio de imágenes de contenido pedófilo y evitar ser descubiertos.
La operación comenzó a raíz de una llamada anónima recibida en el 091 de Sevilla en la que se informaba de que en una página web en la que se podía chatear existía una sala cuyo nombre podría hacer referencia a un intercambio de pornografía infantil.
Esos datos fueron comprobados por los investigadores, quienes consiguieron además varias fotografías que estaban siendo objeto de intercambio; en concreto de dos niñas menores de edad en ropa interior.
Una vez que se recopiló información sobre todos los usuarios de esa sala, señala la nota, se solicitaron los correspondientes mandamientos de entrada y registro en domicilio y se efectuaron un total de diez registros en Barcelona y las localidades de Mataró y Rubí, Eibar (Guipúzcoa), Ferrol (A Coruña), Grado (Asturias), Málaga, Valencia y Alcalá de Guadaíra (Sevilla).
En esas actuaciones se incautaron diez discos duros y un ordenador portátil y detuvieron a once personas, cuyo vínculo común era el de tener acceso a Internet en su domicilio y conectarse a la sala con la intención de establecer nuevos contactos para el intercambio de material pedófilo.
Según indica la nota, esas salas creadas dentro de chats cuyo propósito es el intercambio de material pedófilo “suelen tener una vida muy corta”, e incluso, en ocasiones existen el tiempo imprescindible para intercambiar direcciones de correo electrónico.
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