El rey Juan Carlos I ha salido a navegar este domingo en el Bribón, aunque casi una hora más tarde de lo que estaba previsto y con la niebla como compañera.
Aunque la salida de las embarcaciones 6M estaba programada para las 13:00 horas, la regata se retrasó y el bocinazo de salida no se escuchó hasta pasadas las 13:30 horas.
El rey emérito llegó a las 13:25 horas al náutico de Sanxenxo, donde estuvo con la infanta Elena, en el coche de Pedro Campos, su anfitrión en la localidad Pontevedresa.
En su cuarta visita a Galicia desde que se fue a Emiratos Árabes Unidos en 2020, tercera en 2023, el rey salió a navegar el miércoles y viernes en el Bribón, y también lo ha hecho este domingo, el último día de la regata que lleva su nombre.
A las 13:50 horas, con gran expectación en el espigón, el Bribón ha partido del náutico remolcado por la embarcación auxiliar Cristina.
Aunque en Sanxenxo luce el sol y las playas están llenas, mar adentro hay niebla.
Está previsto que el rey participe en la entrega de premios de la regata a partir de las 18:30 horas en el Real Club Náutico de Sanxenxo, que preside Pedro Campos.
Juan Carlos I y la infanta Elena se fotografían antes de participar en las regatas
El Rey Juan Carlos está viviendo unos días entrañables en Sanxenxo rodeado de todos sus amigos y de los familiares que han querido viajar hasta el norte para reencontrarse con él. Tras la visita de su hermana, la Infanta Doña Margarita de Borbón, y sus sobrinos hace unos días, el pasado viernes llegaba su hija, la Infanta Elena, para acompañarle en su afición.
Hoy, padre e hija han protagonizado un bonito encuentro en el Club Náutico de Sanxenxo cuando han llegado para disfrutar del tercer día de regatas. Primero se dejaba ver el emérito que, algo casado, decidía sentarse en la barandilla y, minutos más tarde, aparecía en escena su hija, quien le saludaba cariñosamente.
El personal de vigilancia del emérito abría el cerco y dejaba a Don Juan Carlos junto a su hija manteniendo una relajada conversación en privado. Han estado varios minutos conversando, sin ser molestados por nadie, y cuando parecía que iba a llegar el momento de bajar hasta el embarcadero... uno de los escoltas del rey se acercaba para hacerles una fotografía.
Les proponía captar este momento con el mar de fondo y ambos aceptaban gustosamente, tanto es así que no dudaban en quitarse las gafas de sol para salir más favorecidos. Tras varios disparos, les enseñaba las imágenes a los protagonistas, pero parece que no estaban del todo convencidos... ya que, después de esto, volvía a sacar varias instantáneas.
Hecha la foto, el Rey Juan Carlos ha bajado hasta la embarcación para adentrarse en las aguas del norte en un barco distinto que su hija Doña Elena, al igual que en el día de ayer. Sonriente y relajado, no cabe duda de que el emérito está aprovechando al máximo su tiempo en España.
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