A las 10.00 hora local (02.00 GMT), representantes políticos y ciudadanos de todo el país se detuvieron durante tres minutos, en memoria de las víctimas de la arrasada Zhouqu, donde un tercio de la población es tibetana.
El canal de televisión estatal retransmitió imágenes del presidente chino, Hu Jintao, junto a los miembros del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista de China (PCCh), la cúpula del Partido-Estado, reunidos y guardando silencio por las víctimas.
En esos tres minutos la sociedad del gigante asiático paró su actividad y salió a las calles para guardar silencio mientras que las sirenas y las bocinas de los automóviles sonaban en señal de duelo.
En Pekín, miles de personas se reunieron en la Plaza Tiananmen donde la bandera nacional se izó para luego bajar a media asta, y de la misma forma lo hicieron las embajadas y consulados chinos en el extranjero.
También los periódicos quisieron recordar a su manera a las víctimas, y un poco antes de medianoche tiñeron sus páginas de blanco y negro.
Además, tanto los lugares como las actividades de ocio suspendieron sus servicios también la Exposición Universal de Shanghái.
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