La población reclusa en la prisión es cercana a los 1.700, cifra que se ha mantenido durante todo el verano, con más de la mitad de módulos al 200% de ocupación, “lo que supone que el nivel de incidentes sea mucho más alto de lo normal”, señaló ACAIP en un comunicado.
En estos módulos se encuentran los internos más conflictivos y una serie de circunstancias, entre las que se citan las altas temperaturas o la escasez de funcionarios por las vacaciones estivales, hacen que los conflictos “sean más numerosos”, a lo que se suman continuas averías que afectan a la seguridad de los módulos.
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