La embarcación fue localizada por el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) a las 07.15 horas. Posteriormente fue trasladada al puerto de Tarifa, desde donde pasaron a disposición de la Policía Nacional.
Esta nueva embarcación se suma a las ya interceptadas este año en el Estrecho de Gibraltar que tienen en común ser casi de “juguete”, con el riesgo que conlleva para sus tripulantes. Y es que un informe de la Guardia Civil ya alertaba hace un mes de que el número de embarcaciones que llegan, o tratande llegar, a las costas españoles ha aumentado, pero no así el número de inmigrantes, puesto que cada ‘lancha’ apenas lleva a media docena de personas.
Y ayer miércoles, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía en Cádiz señalaba que “la mayoría de los inmigrantes interceptados en los últimos meses intentando cruzar el Estrecho lo hacían a bordo de embarcaciones hinchables de juguetes”, por lo que “el número de personas que lo intentan es menor, pero con mayor riesgo”, ya que ese tipo de embarcación es “menos detectable y más fácil de comprar”.
En declaraciones a Europa Press, Rafael Lara, miembro de APDH-A, señaló que esta circunstancia indica la “desesperación de la gente” que sigue buscando como salir de Marruecos, que hacen que se “arriesgan a cualquier cosa”.
Así, señaló que “los riesgos continúan, aunque es cierto que los flujos han disminuido bastante, básicamente por la externalización del control de frontera”, ya que “muchos países terceros están actuando como controladores de las propias fronteras para la Unión Europea, lo que también está provocando muchos problemas de derechos humanos”.
La crisis económica
En cuanto a la situación de crisis en España y su influencia en la inmigración ilegal, Lara manifestó que “algo incidirá, aunque es difícil de valorar, ya que la situación en África es tan terrible que allí lo que están es preocupado por no morirse de hambre”, por lo que a su juicio, “afecta menos a los intentos de los africanos por llegar a las costas europeas”.
Para Rafael Lara, el intento de cruzar el Estrecho en balsas hinchables es “un síntoma de desesperación porque la gente ya no encuentra ninguna otra posibilidad y es más fácil de acceder a ella, porque en las condiciones actuales de control de frontera cuesta mucho dinero el intentar sortear a la policía marroquí y la Guardia Civil”. Finalmente, deseó que se trata de una situación que espera que “no termine en tragedia” en las costas de Cádiz.
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