El alcalde, Fernando Palma, explicó que se inician estas disoluciones “en aras de una mayor coordinación y economía en los procedimientos”, ya que pasarán de ser organismos autónomos a ser gestionados directamente por la propia entidad local, para evitar la “multiplicación y duplicidad de órganos rectores y resolutorios” y, de este modo, adaptarse al Plan de Saneamiento Financiero que el Pleno del Ayuntamiento adoptó en julio de 2009.
Así, el presupuesto de estos órganos autónomos pasará a formar parte del propio Presupuesto del Ayuntamiento. En cuanto a los presupuestos del municipio para el ejercicio de 2011, Palma señaló que su intención es tener un borrador de los presupuestos en el mes de septiembre e indicó que es prioritaria la reestructuración del Ayuntamiento sanroqueño.
En este sentido, dijo que es “necesario” realizar diversas modificaciones con el objetivo de conseguir una “reducción administrativa” que conlleve un ahorro en los costes y la agilización de los procesos administrativos.
El Pleno aprobó iniciar la disolución de la Gerencia Municipal de Urbanismo, el Instituto Municipal de Fiestas, el Patronato Municipal de Deportes y Turismo, el Instituto Municipal de Fiestas y Juventud y la Fundación Municipal de Cultura Luís Ortega Bru.
El Pleno contó con la ausencia de los ediles de USR José Antonio Ledesma, Juan Carlos Galindo y Salvador Romero Monrocle, principales perjudicados de la reestructuración del equipo de Gobierno de Fernando Palma, al haber perdido poder en el Consistorio.
Sin embargo, la única representante de la formación en el Pleno, Marina García, sí que votó en nombre de USR, aunque se abstuvo.
PSOE
Por su parte, el PSOE votó en contra del procedimiento de urgencia del Pleno, después de lo cual se ausentaron de la sesión, calificando al alcalde nuevamente como “nuevo Rey Sol” y tachándolo de “nulo talante democrático”, al convocar la urgencia con 24 horas de antelación y sin dar tiempo para ver los expedientes.
Además, el PSOE entiende que la creación de los órganos autónomos obedeció en su día a “dictados gilistas” para contratar “por la puerta de atrás” a más de un centenar de empleados”. Además, denunciaron que, “tras comprobar el errático modelo de gestión provocado, decide de forma unilateral su disolución, sin celebrar comisiones informativas preceptivas legalmente”. Por todo ello, acusaron a Palma de gobernar el Consistorio “como si fuera un cortijo”.
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