La operación se ha saldado con siete detenidos, cinco de ellos dedicados a proteger el alijo de los robos de las bandas rivales, y con la incautación de 1.440 kilos de estupefaciente en una finca del municipio onubense y otros 180 kilos en uno de los vehículos del grupo.
Según la Policía Nacional, los narcotraficantes controlaban todas las fases de la venta ilegal de droga, desde la compra del hachís, hasta su introducción en Huelva por la costa, la ocultación de los estupefacientes y su posterior distribución a otras organizaciones.
Para ocultar el hachís los traficantes contrataban los servicios de otro grupo armado que protegía el alijo de posibles intentos de robo por parte de organizaciones rivales.
Los agentes descubrieron que un importante cargamento de hachís había sido introducido en España y se preparaba para su ocultación, y las pesquisas llevaron a una finca ubicada en el municipio de Lepe.
Durante el registro se detuvo a dos personas en la finca y se incautaron más de mil kilogramos de hachís, distribuido en 48 fardos, además de la furgoneta en la que se habían transportado.
Los agentes efectuaron cinco registros simultáneos en Huelva y Sevilla, donde detuvieron a los cinco “vigilantes” armados y además se intervinieron numerosas tarjetas de crédito para clonar, herramientas para la realización de butrones en naves industriales y material de contabilidad que reflejaba los ingresos y gastos provenientes de las actividades ilícitas.
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