Sevilla

"Nos sobran los motivos" a la guitarra, por y para María Jiménez

María Jiménez había pedido a sus amigos de Los Alpresa que cantaran ante su féretro "cuando se fuera" la canción 'Donde más duele' que versionó de Sabina

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La capilla ardiente de María Jiménez.

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La capilla ardiente de María Jiménez.

La capilla ardiente de María Jiménez.

Que a María Jiménez le gustaba Joaquín Sabina y su música a los sones de una guitarra no era ningún secreto desde que lo versionó en "Donde más duele", en el año 2002. Que había pedido a sus amigos de Los Alpresa que se lo cantaran ante su féretro "cuando se fuera" no se ha sabido hasta este jueves.

Jaime Alpresa, cantante y hostelero, ha elegido "Nos sobran los motivos" para despedirse de su "musa", a la que define como "grandiosa como artista y persona". "Qué mejor que esta canción para seguir estando con ella", ha sentenciado.

Junto a sus hermanos Juan y José María, el grupo sevillano -muy conocido en las altas esferas sociales- ha cogido la guitarra para hacer lo que hacían con María. "Ella no dudaba en salir a cantar y bailar en cualquier sitio", ha relatado al terminar, recordando que "su casa de Chiclana era su paraíso y allí hemos disfrutado mucho con ella".

A la hora de definir a la cantante habla de ella como "amiga de sus amigos" y "única e irrepetible como artista, como Lola Flores o Rocío Jurado". Pero sobre todo "era buena persona y generosa".

"A veces difícil, porque tenía su carácter como gran artista, pero con una nobleza impresionante", ha dicho Jaime, que celebra "la suerte de haberla disfrutado muchísimo", por lo que han venido a cumplir con uno de sus últimos deseos.

A los acordes de "Nos sobran los motivos" se ha levantado de su silla Sergio González, bailaor y amigo íntimo de María Jiménez, que le ha dedicado un último "zapateao" después de trabajar juntos "durante muchísimo tiempo", ha explicado a EFE, a la vez que ha señalado que "ha sido algo improvisado".

"Así era como nosotros disfrutábamos en nuestro día a día cuando nos juntábamos, tanto en el escenario como fuera de él", ha asegurado. "Me ha salido del corazón, porque era lo que quería ella", ha relatado.

Esta era la primera de las actuaciones inesperadas, porque después ha sido Emilio, amigo también de la cantante, quien, sentado en una silla junto al féretro cubierto de flores sobre el mantón de manila de la madre de María, le ha cantado las "Sevillanas de Triana", "las que más le gustaban".

Testigo de todo ello cada vez más coronas, entre ellas una enviada por "su" Betis -que le ha rendido homenaje durante el día con un vídeo- y otra del tablao flamenco "Los Gallos", donde actuaba al final de los años 60 y donde le pusieron el sobrenombre de "La Pipa".

Y sobre todo sus deseos: antes del paseo en coche de caballos que la llevará por Triana a su funeral y entierro, el olor a incienso que deseaba en el Salón Apeadero del Ayuntamiento que acoge la capilla, donde una foto con fondo rojo, portada del disco "Atame a tu cuerpo", muestra a una jovencísima cantante.

Junto a ella, un tocado de plumas y una tela inspirada en el pavo real -elaborada por la diseñadora Aurora Gaviño, gran amiga de la cantante que también ha acudido a despedirla- que la cantante utilizó como imagen de su segunda juventud musical en 2002, con ese "Donde más duele" en el que versionó a Sabina y reivindicó que a María Jiménez siempre le sobraron los motivos.

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