El Banco de España adjudicó la intervenida Cajasur a la vizcaína BBK, que se ha impuesto a la otra gran favorita para hacerse con la entidad cordobesa, la malagueña Unicaja, informaron fuentes de la caja vasca y del supervisor bancario.
Según explicó BBK en un comunicado, los activos y pasivos de Cajasur se integrarán en un banco propiedad, al cien por cien, de la caja vizcaína.
Con esta adquisición, la Bilbao Bizkaia Kutxa se convertirá en la séptima entidad financiera de España por activos, con 48.700 millones de euros, de los que 29.800 corresponden a la caja vizcaína y el resto a la cordobesa.
Cajasur, según ha explicado BBK, cuenta con 470 sucursales y una cuota de mercado cercana al 46 por ciento en Córdoba.
El presidente de BBK, Mario Fernández, destacó que “con esta operación damos el primer paso en el objetivo de ganar tamaño, para ser más competitivos y poder dar un mejor servicio a los clientes, sin poner en riesgo el patrimonio alcanzado por la caja en más de cien años de historia”.
“Además -ha añadido Fernández- como venimos demostrando por nuestra trayectoria, hacemos una apuesta por mantener el compromiso de obra social en Córdoba y Andalucía”.
LOS RIESGOS DE UNICAJA
Unicaja aseguró en el día de ayer que la compra de la intervenida CajaSur -por la que optaba- le habría comportado “ventajas y riesgos”, asociados estos últimos a “un empeoramiento de los niveles de solvencia, morosidad, eficiencia y liquidez”, y que, al no comprarla, se garantiza una “posición óptima”.
Unicaja, se ha pronunciado así en un comunicado después de conocerse que el Banco de España ha adjudicado la cordobesa CajaSur a la entidad vasca BBK.
Las ventajas de la compra se asociaban a la consecución de una mayor dimensión y cuota de mercado, aunque, considerados los riesgos, era “una potencial mejor situación a largo plazo mediante la digestión a corto plazo de una entidad que ha necesitado intervención”.
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