Los restos de Cayetano Roldán, el alcalde de San Fernando que fue asesinado en los meses posteriores a la rebelión militar de 1936, han sido identificados como uno de los 147 cuerpos exhumados en el cementerio de la localidad isleña gracias al relato oral que contaba que el político fue rodeado de unas losas de mármol para que pudiera ser reconocido en el futuro.
La nieta de Cayetano Roldán, Ángeles Fernández Roldán, ha explicado que esta novedad forma parte de los resultados de una investigación promovida por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática, Social y Política de San Fernando (Amede), que ha permitido identificar a otras dos personas más gracias, Emilio Ordaz y Alberto García, en estos casos,gracias a una alianza matrimonial y una medalla al cuello. Una investigación que se ha prolongado por espacio de siete años.
"Desde niña me contaron que dos mujeres acudieron a la fosa donde habían arrojado a mi abuelo y rodearon su cuerpo con unas piedras, unas losas de mármol, para que pudiera ser identificado", ha detallado la nieta, quien, asegura además que el estudio antropomórfico de los huesos coinciden con las características físicas del que fuera el alcalde de la ciudad.
"Son pruebas presuntivas, tanto en el caso de mi abuelo como en el de las otras dos personas, porque las pruebas de ADN están costando mucho, ya que el laboratorio de Granada está tardando mucho", ha lamentado Fernández Roldán, quien se queja del retraso que acumula el único lugar en Andalucía donde se pueden enviar restos de represaliados para su cotejo con el de sus familiares.
Cayetano Roldán, alcalde por Izquierda Republicana, fue asesinado en los meses posteriores al alzamiento militar, al igual que tres de sus hijos, y otros 16 concejales de izquierdas que habían sido elegidos en las elecciones municipales de febrero de 1936.
La nieta asegura que gracias a este paso que se ha dado va a lograr uno de sus grandes retos. "Mi meta en mi vida era conseguir que me devolviesen el cuerpo de mi abuelo, se lo prometi a mi madre y a mi tía. Sé quién fue mi abuelo y le quiero"
"Mi abuelo era un hombre muy querido. Era doctor y le llamaban el médico de los pobres, porque atendía a todo el mundo aunque no tuviera dinero, ya que, en vez de cobrarles, incluso les daba alguna moneda después de atender a los más necesitados", rememora Fernández Roldán.
Para ella, como para el resto de familiares de concejales represaliados de San Fernando, la demora para recuperar los cuerpos de sus seres queridos está siendo demasiado prolongada, ya que, en este tiempo, han muerto muchos de los descendientes.
"Nosotros éramos diez hermanos, y solo quedamos cinco. Por eso, pedimos a la Junta rapidez, para poder enterrar a mi abuelo junto a su mujer y sus hijos", reclama la nieta.
Fernández Roldán cree que la prueba "presuntiva", la aparición de los huesos rodeados de losas de mármol y la coincidencia antropomórfica, debe ser suficiente para que la autoridad acceda a entregarle esos restos y poder enterrarlos, sin necesidad de que exista unas pruebas de ADN como marca la ley.
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