“La literatura para mí no es terapia porque no la necesito. Es el sistema el que está enfermo. Y una dictadura es un sistema enfermo y los que nos oponemos somos los sanos”, subrayó ayer esta escritora rumana, (Nitzkydorf, 1953), que vive en Berlín desde 1987, ante numerosísimos medios de comunicación expectantes por ser su primera visita a España tras recibir el Nobel en 2009.
“Una de las mejores premios Nobel de los últimos años, maestra del lenguaje y maestra en acercar realidades impensable para nosotros”, en opinión de la crítica Mercedes Monmany, que ayer hizo de presentadora de este poético y duro libro que publica Siruela en castellano y Bromera en catalán.
En Todo lo que tengo lo llevo conmigo, Müller narra un capítulo oscuro “que todavía es un tabú en Rumanía” -dice-, las atrocidades del régimen comunista. En este caso contra los rumanos de origen alemán, que sufrieron dos dictaduras, la de los nazis y la de los comunistas soviéticos.
Y es que primero fue Antonescu, aliado de Hitler, quien imprimió su férrea dictadura en Rumanía hasta que después, en el año1945, Stalin invadió el país y pidió que le entregaran a los rumanos de origen alemán, de entre 15 y 45 años, para que supuestamente trabajaran para levantar el país, y para ello los deportó a un campo de concentración en Ucrania.
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