Más de 7.000 menores de entre 3 y 16 años de 95 zonas desfavorecidas de Andalucía van a participar en las 120 escuelas de verano puestas en marcha por la Junta de Andalucía dentro de la nueva edición del Programa de Escuelas de Verano de Andalucía.
Esta edición ha sido presentada este martes por la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, junto al alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, y el comisionado para el Polígono Sur de Sevilla, Jaime Bretón, además de entidades del Tercer Sector y privadas que colaboran con este programa.
La consejera ha subrayado que las escuelas de verano permiten reforzar la atención de la infancia y adolescencia más vulnerable de Andalucía, ya que en los meses de julio y agosto atienden a niños pertenecientes a familias con dificultades económicas o en situación de riesgo de exclusión.
Este programa, que cuenta con cinco millones de euros a través del Plan Corresponsables, tiene como objetivo garantizar tres comidas diarias (desayuno, almuerzo y merienda), desarrollar actividades socioeducativas, de ocio y tiempo libre, así como permitir la conciliación familiar y laboral.
Se ha aumentado en un cinco por ciento el presupuesto para este programa, lo que, según la consejera, evidencia el compromiso del Gobierno andaluz con estas familias más desfavorecidas, informa la Junta.
En el Polígono Sur de Sevilla se van a invertir 328.000 euros para la organización de siete escuelas de verano por parte de tres entidades del tercer sector en las que participarán 589 niños y niñas, y de los más de 7.000 menores que serán atendidos por este programa en Andalucía, más de 900 son de Sevilla.
El Plan de Garantía Alimentaria (Syga) para escolares en situación de riesgo de exclusión social finaliza cuando termina el curso escolar, por lo que las escuelas verano suponen dar continuidad a una alimentación equilibrada y saludable durante el verano.
“Con las escuelas de verano mantenemos ese programa alimentario pero también se ofrecen actividades lúdicas, de refuerzo educativo, de valores e incluso pueden servir para detectar cualquier riesgo” entre los menores, ha explicado la consejera, que ha defendido la necesidad de programas como éste para ayudar a estos menores y sus familias a salir de la situación de vulnerabilidad.
Las escuelas de verano son, además, un recurso que permite la conciliación familiar y laboral para los padres que tengan un empleo pero también supone una ayuda para aquellos que están en búsqueda de trabajo o formándose para intentar conseguirlo porque es “el empleo es la mejor herramienta para superar la vulnerabilidad”.
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