El pasado 17 de junio, Juanvi Fuentes daba un nuevo paso de gigante en su participación en La Voz Kids. El pequeño, de 12 años en la actualidad y 11 cuando se grabó el programa, era elegido por Aitana, tras la “noche de asaltos”, como uno de los nuevos talentos clasificados para las semifinales del programa que emite Antena 3. “Juanvi nos gusta mucho y nos llega al corazón”, aseguraba la artista barcelonesa, provocando las lágrimas de emoción del pequeño. Juanvi, durante las semanas que lleva en el “talent show”, ha conquistado ya los corazones de miles y miles de personas en toda España. Hoy, para conocerle más de cerca, hablamos con la persona que mejor lo conoce, su madre, María del Mar Redondo.
“Juanvi tiene una amplia formación musical. Empezó Educación Musical muy pequeño, con 3 ó 4 años, en la Escuela Municipal de la Música, y debido a las destrezas que mostraba, al curso siguiente, con 4/5 años se inició en la percusión. Primero aprendió a tocar el xilófono y a continuación, la batería, pasando por el cajón flamenco. A los 8 años inicia piano en el conservatorio. A día de hoy ha terminado el grado elemental y para el próximo curso empieza el grado profesional en el conservatorio Ángel Barrios de Granada. Tiene muy buen oído y ya canturreaba con 4 ó 5 añitos. Todo lo que sabe de canto lo ha ido adquiriendo de manera autodidacta, viendo videos, lo cual se ha visto favorecido por tener formación musical desde muy pequeño (la facilidad que tenemos hoy en día de tenerlo todo en internet). Digamos que todo se fragua en casa. Ha dedicado muchas horas a sus instrumentos, y practicar canciones sobre todo de Pablo López y Antonio Orozco, que para él son dos grandes referentes, y como público de sus inicios, los vecinos, que siempre lo animan a cantar porque lo escuchan por el patio de luces”, asegura María del Mar.
“Juanvi es un niño con muchas inquietudes, bastante nervioso. Aunque en televisión parezca tímido, no lo es. Nada más lejos de la realidad. Imagino que será la situación de verte en un escenario, rodeado de cámaras, púbico, famosos que te evalúan. Es muy, muy noble, con muy buen corazón y de muy buenos sentimientos. Es tremendamente curioso. Cuando le interesa un tema, investiga sobre ello hasta el más mínimo de los detalles. Vive la vida con pasión, y pone todo su empeño en cualquier tarea que sea de su interés. Su lema siempre es: Si no lo consigo, lo volveré a intentar. Es un apasionado del deporte, sobre todo del fútbol, que practica junto a atletismo. Es Scout, le encanta la Semana Santa. Sabe lo más grande sobre la historia de las hermandades de todos los sitios. Hace colección de estampas de santos, además de coleccionar gomas de borrar”.
Ahondando en sus gustos y aficiones, María del Mar nos asegura que “le gusta la pesca, también. Le apasionan las matemáticas, y de hecho ha ganado un ganado concurso de Thales, primero provincial, y a continuación el campeonato de Andalucía. Es uno de los cuatro niños seleccionados, junto a otro compañero de SAFA, (Alberto) y otros dos niños, uno de Granada y una niña del Puerto de Santa María, que representarán a Andalucía en el campeonato de España, que se celebrará la próxima semana en Las Palmas de Gran Canaria. Es muy competitivo. Esto hasta ahora era más un problema que una virtud, aunque afortunadamente lo va canalizando y lo utiliza para sus metas personales. Y lo peor, peor que tiene, aparte de ser cabezota, es que es tremendamente desordenado, esa es su gran asignatura pendiente”.
Teniendo en cuenta su potencial musical, parecía inevitable que más tarde o más temprano surgiera la idea de participar en un certamen televisivo. “La idea de participar concretamente en este concurso surge porque tenemos una amiga, Ana Jiménez, de Priego de Córdoba, que participó en La Voz Kids hace 5 ó 6 años. Juanvi se enganchó al programa como fan número uno y desde entonces siempre nos pedía ir a La Voz. Nosotros, que realmente no pensábamos que pudiese estar suficientemente cualificado para ello, le hemos venido diciendo que eso era muy difícil, que había muchos niños en España con edades entre los 7 y 15 años que cantaban muy bien, que seguramente ni lo escucharían. Y él, insistente, nos decía: pues si no me escuchan, el año que viene lo intento otra vez. Llegó la pandemia, aparcamos el tema, y pensamos que ahí había quedado. Pero el año pasado, él, que está megainformado de todo… Hay que decir que se presentaron el año pasado cerca de 11.000 niños, de los cuales seleccionaron a 100 para el primer programa de audiciones a ciegas”.
Pero, cuando se participa en un concurso de televisión, con tanta audiencia, siempre hay cosas más difíciles de llevar que otras. “Lo más difícil para él, y por consiguiente para nosotros, es la fama. Al fin y al cabo, es un niño, y no canaliza bien que lo reconozcan. Nunca se imaginaba que podría tener esa repercusión y que le hagan sentir diferente. Ese ahora está siendo nuestra trabajo como padres, que lo acepte con naturalidad, que disfrute que esta etapa. Queremos, por encima de todo, verlo feliz”, apunta María del Mar. Por el contrario, “lo mejor de todo ha sido la convivencia con otros niños ( y sus familias), que tienen inquietudes similares. Se lo ha pasado pipa. Detrás de las cámaras hay mucha, mucha vivencia. Los niños, además de cantar como los ángeles, cada uno en su estilo, son todos un regalo de la vida, y han hecho piña. Eso lo llevaremos siempre en nuestro corazón”.
El concurso ya ha sido un gran trampolín. “Las aspiraciones de Juanvi son muchas resumidas en una, seguir formándose. Ese es su objetivo principal. Continuar sus estudios musicales, compaginados con sus estudios académicos. Ahora mismo va superbien, tiene muy buenas notas en todas las áreas. Espero como madre que sepa mantener ese listón, teniendo en cuenta que nos adentramos en breve, en la adolescencia. A la edad que tiene Juanvi yo no creo mucho en las proyecciones. Para nosotros, (para él), ha sido un juego que ha vivido con mucha ilusión, muy bonito, en el que sólo puede haber un ganador o ganadora. Pero realmente han ganado todos por la puesta en común de tanto talento, incluidos aquí los coaches. Ellos también han aprendido mucho de estos magníficos niños”.
“¿Metas? Nuestra meta como padres de Juanvi es que él sea feliz por encima de todo, que no se encasille en un punto concreto, que siga su formación musical, que tanto le apasiona, que trabaje, y seguramente la vida le tendrá su puesto reservado, como músico, o como lo que él quiera hacer. Quién sabe si podrá ser astronauta, que era su sueño cuando era muy, muy pequeñito. Al final los sueños se hacen realidad, con esfuerzo, trabajo y pasión. Eso es lo que le inculcamos y si nos hace caso, llegará donde quiera”.
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