Navalcardo

Le vimos jugar en La Victoria

A hombros, portado por El Cid, Juan José Padilla, Jesuli de Torrecera, El Ciento, El Lipi y algún otro torero dio la vuelta al estadio Benito Villamarín

  • Joaquín.

A hombros, portado por El Cid, Juan José Padilla, Jesuli de Torrecera, El Ciento, El Lipi y algún otro torero dio la vuelta al estadio Benito Villamarín la leyenda en vida del beticismo: Joaquín.

Ha sido icono de una forma de entender el fútbol, que trasciende los límites de esa Sevilla que en este deporte lleva por nombre al antiguo río Guadalquivir de la época romana y hace que el beticismo sea una forma de vida, un concepto, un estilo o incluso una religión que se aferra a no perder nunca la esperanza, porque de todo fracaso se puede resurgir con fuerza manteniendo una sonrisa. Y cuando llegan los éxitos, se disfrutan al máximo.

Por eso mismo, en junio de 2005 dos estudiantes de Derecho – hoy abogados- se plantaron en la misma Plaza de las Batallas de Jaén con bufandas del Betis celebrando la Copa del Rey. Conscientes que esa gloria era tan efímera como legítima es la felicidad que aquel éxito regalaba. Y en su alegre soledad, reivindicaron su beticismo ante la atónita mirada de los jiennenses que transitaban por el espacio donde siempre se celebraron los ascensos del Real Jaén, en pleno centro de la ciudad.

Y aquel triunfo fulgurante de Copa llegó tan sólo cuatro años después de ver al Betis ascender en Jaén. Le memoria retiene el recuerdo de un partido inolvidable. El último en el campo de La Victoria, cuando Jaén se plagó de béticos subiendo y bajando por nuestra ciudad, inundando Las Protegidas y medio estadio lanzaba al aire bufandas verdiblancas y gritaba aquello mismo que el rockero Silvio – paradójicamente reconocido sevillista- inmortalizó en una canción de su surrealista repertorio junto a la banda Sacramento: “Beeetis”

Dos golazos de Gastón Casas fueron los últimos que subieron al pintoresco marcador publicitado por el restaurante Nelson. En Jaén se desató la locura y nuestra ciudad fue poseída por la euforia del fútbol. Quizás allí nació el declive que se prolonga ya más de de veinte años y que ha llevado a nuestro centenario Real Jaén a sumergirse en las catacumbas del fútbol español para no salir de allí. Y desde entonces varias generaciones de niños jiennenses han crecido sin saborear las gestas del Real Jaén frente a los grandes y apenas han podido ver a futbolistas de renombre en nuestra ciudad.

El próximo sábado se cumplirán veintidós años de aquel partido en el que vimos jugar a Joaquín en La Victoria frente a nuestro Real Jaén.

 

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