Los graves daños detectados el miércoles en las viviendas, en forma de grietas, fueron el detonante para la decisión de los servicios de emergencias. No obstante, los residentes, según indicó a Europa Press el presidente de la asociación de vecinos Barqueta-Renfe, Bernabé García, ya habían denunciado con anterioridad ante la Gerencia de Urbanismo el caso, concretamente el 28 de enero de 2009.
En torno a las 20,00 horas de ayer, de todas formas, las viviendas recuperaban el fluido eléctrico, y los suministro de gas y agua y la Gerencia de Urbanismo autorizaba el acceso y la habitabilidad en 40 de las viviendas afectadas.
Sin embargo, la orden de desalojo aún pesa sobre las restantes 40 viviendas, que permanecen precintadas y cuyos inquilinos permanecen a la espera de solución.
Pese a que el Ayuntamiento reconoce la existencia de estas denuncias anteriores, en todo momento se ha mantenido la tesis de que los daños constatados la pasada madrugada eran significativamente más graves que las “leves” grietas que se detectaron en 2009, y que no propiciaron una intervención inmediata, según aseguró el edil de Bienestar Social y del Distrito Macarena, el socialista Enrique Lobato.
No obstante, estos argumentos inicialmente no convencieron a los vecinos, que por boca del líder vecinal anunciaron demandas contra el Ayuntamiento y la constructora por “negligencia”.
Asimismo, criticaron que a pesar de que el primer aviso fue a una hora temprana los bomberos no consideraron necesario el desalojo, si bien en la madrugada se procedió a sacar de sus domicilios a un centenar de personas de seis bloques, siendo necesario trasladar a una persona de 94 años hasta una residencia.
A primera hora de la tarde, la Universidad de Sevilla, promotora de las obras y que ya ha asumido la responsabilidad de lo sucedido, comprometiendo el pago del realojo y de las reparaciones necesarias, informó a los vecinos de que los estudios no se podrían hacer en profundidad hasta que no se procediera al desmontaje total de la estructura, extremo finalmente consumado en torno a las 20,00 horas, evitando cualquier peligro de derrumbe.
Obras paralizadas
La portavoz vecinal, Rocío García, precisó a Europa Press que las primeras impresiones de los técnicos que desde la madrugada de ayer se encuentran sobre el terreno, a falta de estudios más exhaustivos, aluden al agua estancada que ha permanecido en el lugar tras las últimas lluvias o a las últimas operaciones de retirada de lodos, lo que habría haber hecho ceder el terreno, como posibles causas del suceso, ya que las obras quedaron paralizadas y se retomaron hace un mes tras más de un año detenidas.
Entre los cerca de cien vecinos afectados, el Ayuntamiento alojó en el Hotel Macarena a 33 adultos y seis niños y en el Hotel AC Torneo a 12 adultos. El resto de afectados decidieron acudir a casas de familiares.
En el lugar actuaron agentes de la Policía Local y la Policía Nacional junto a Bomberos, que trabajaron para evitar que la grúa de la obra se pudiera desplomar. Para ello, afianzaron la grúa a una base de 12 toneladas a la espera de la llegada de una grúa de gran tonelaje para desmontar la que estaba dañada, cuyo trabajo concluyó posteriormente.
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