La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, hizo ayer este anuncio en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQUA, en Cartagena.
El centro fue el escenario de la presentación del Libro Verde del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que fija la política estatal en esta materia y establece programas de mejora de la gestión del patrimonio sumergido. González-Sinde destacó además, el compromiso de la comunidad autónoma andaluza de declarar bienes de interés cultural (BIC) las 53 zonas arqueológicas submarinas incluidas en sus aguas, así como la continuación de un proyecto de localización de barcos españoles hundidos en aguas americanas, entre los siglos XV y XVIII.
La ministra de Cultura se refirió también a la participación de su departamento en la financiación de proyectos internacionales en Líbano y El Salvador.
Asimismo, informó de la excavación iniciada el lunes en aguas de La Manga (Murcia) de un pecio fenicio del siglo VII antes de Cristo, en la que trabajan arqueólogos norteamericanos, australianos, italianos, franceses y españoles.
Una proyecto que se lleva en paralelo a los trabajos de excavación de un barco romano del siglo I, localizado hace un par de años a 100 metros de profundidad en la bahía de Cartagena y que está “intacto”, con un cargamento de casi mil ánforas, informó el coordinador del Libro Verde, Rafael Azuar,
En el Libro Verde se destaca la importancia del conocimiento de la realidad patrimonial de las costas españolas mediante la elaboración de cartas arqueológicas, un proyecto incipiente, y que una vez finalizadas servirán para planificar las actuaciones a seguir y permitirán que España se ponga a la cabeza en esta materia.
España fue uno de los primeros países que firmó en 2005 la convención de la Unesco sobre protección del patrimonio cultural subacuático.
La comunidad internacional adoptó este tratado en respuesta al saqueo y la destrucción creciente del patrimonio cultural subacuático por parte de los cazadores de tesoros.
El Libro Verde es el resultado de dos años de trabajo de una Comisión de expertos formada por representantes del ministerio de Cultura, a través del Museo Nacional de Arqueología Subacuática, comunidades autónomas y universidades, con el fin de analizar la situación de la arqueología subacuática.
Uno de estos expertos, el catedrático de arqueología Manuel Martín Bueno, afirmó que la comunidad internacional mira con “ojos distintos” el patrimonio cultural sumergido como elemento a proteger, al tiempo que ha defendido que “no todos los restos que están debajo del agua deben ser extraídos”.
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