En la noche de este 28 de mayo se ha confirmado algo más que un cambio de ciclo en Alcalá la Real. La victoria del Partido Popular desborda y rompe todas las previsiones, y ahonda la larga crisis que el Partido Socialista viene cimentando desde hace ya muchos años. El PP, creciendo en más de 3.000 votos respecto a los comicios de hace cuatro años, viene a recibir, tal vez, el premio del reconocimiento a la gestión en la que tal vez haya sido la legislatura más difícil de los últimos tiempos, con una pandemia de por medio. Nos muestra, además, un cambio más hondo en la propia sociedad alcalaína, que se aleja cada vez más de unos prototipos de comportamiento ante las urnas que ya, definitivamente, parecen haber quedado superados.
Pese a su intensa campaña, especialmente centrada en las aldeas, el hundimiento de Ciudadanos ha facilitado este despegue. La formación naranja, en la línea con su naufragio general, no ha podido alcanzar siquiera los 500 votos, del todo insuficientes para obtener un concejal que, de cualquier modo, no hubiese resultado relevantes.
Por su parte, la principal amenaza por la derecha con que contaba el PP, es decir, Vox, no ha terminado de concretarse, y sus poco más de 640 votos solo aportarán la presencia de un concejal en el pleno.
“Muchas gracias a todos los alcalaínos por el resultado conseguido. Los 14 concejales son un extraordinario regalo y reconocimiento a una gestión y a las formas de realizar una gestión. Se abre una nueva etapa en la que seguiremos gobernando desde la cercanía, la transparencia, la eficiencia y el respeto. La normalidad, en definitiva. Gracias también al gran equipo que me ha acompañado y que ha demostrado que la unión hace la fuerza que Alcalá necesita. Alcalá seguirá hacia delante”, ha manifestado el candidato popular, Marino Aguilera, que continuará cuatro años más al frente del gobierno municipal.
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