Andalucía Paranormal

Miedo en una sesión de ouija en Triana

Hay experiencias que pueden ser perturbadoras para quién las vive, la que les quiero contar ha sucedido en el popular barrio de Triana

Publicado: 22/05/2023 ·
12:21
· Actualizado: 22/05/2023 · 14:44
Autor

Jose Manuel García Bautista

Escritor y periodista sevillano, conocido por su faceta como investigador con más de 30 años de experiencia en temática paranormal

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Espacio dedicado al misterio y a los fenómenos paranormales o inexplicables desde un punto de vista divulgativo

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Hace escasamente un mes José Miguel dio un paso adelante en su interés por lo paranormal y contactó con un grupo de amigos que estaban interesados en la ouija. Si bien había escuchado sobre el tablero –no muy bien- “nunca me había interesado en ella. Pero mis amigos insistieron en que la probáramos, y finalmente cedí a su presión” decía el protagonista.

“Nos reunimos en la casa de uno de mis amigos, y después de comer sacaron la ouija. Todos nos sentamos en el suelo alrededor de la tabla, y mi amigo más experimentado explicó las reglas básicas: no retirar las manos de la tabla durante una sesión, no burlarse o faltar el respeto a los espíritus, y siempre despedirse adecuadamente al terminar una sesión” me explicaba, algo que, es coherente y se suele hacer: informar antes de iniciar la sesión.

José Miguel prosiguió: “Comenzamos la sesión con algunas preguntas simples, como "¿Hay alguien aquí?" y "¿Cómo te llamas?", pero no obtuvimos ninguna respuesta. Sin embargo, después de unos minutos, la tabla comenzó a moverse de manera errática bajo nuestras manos. Uno de mis amigos sugirió que preguntáramos si había alguien más allí, y la tabla se movió hacia la respuesta "Sí". A partir de ese momento, la sesión tomó un giro extraño… Comenzamos a recibir respuestas a preguntas sobre el futuro, que parecían estar dirigidas específicamente a cada uno de nosotros. La entidad que supuestamente hablaba a través de la tabla parecía saber detalles específicos sobre nuestras vidas, detalles que no habíamos compartido con nadie más”.

Pensó que era una broma de algunos de sus compañeros de sesión pero indica otras señales que otorgan la realidad de lo que estaban viviendo: “En ese momento, la atmósfera en la habitación cambió radicalmente. Ya no nos sentíamos como si estuviéramos jugando a un juego, sino que parecía que estábamos en presencia de algo más allá de nuestra comprensión. El piso está en plena calle Evangelista y es tranquila, pero es que no se escuchaba nada… Decidimos despedirnos y poner fin a la sesión, pero la tabla parecía tener otros planes. Se movía de manera errática bajo nuestras manos, y no importaba cuánto intentáramos detenerla, la tabla seguía moviéndose. Finalmente, uno de mis amigos decidió retirar sus manos de la tabla, y en ese momento todo cambió. El cuarto se oscureció, era como si hubiera “algo” allí con nosotros. Las velas que colocamos, que encendimos al comienzo de la sesión, comenzaron a parpadear y pudimos ver una sombra en las paredes. De repente, comenzamos a escuchar un sonido de rasguño que venía de debajo de nosotros. Era como si algo estuviera tratando de salir de debajo del piso. Eso nos dio mucho miedo”.

Los chicos no daban crédito a lo que estaban viviendo: “En ese momento, todos estábamos aterrorizados. Tratamos de apagar las velas, pero el fuego no se apagaba. Parecía como si algo estuviera impidiendo que la habitación se oscureciera. Entonces, comenzamos a escuchar voces. Las voces eran apenas audibles al principio, y no sabíamos si eran reales o simplemente nuestra imaginación. Pero a medida que pasaba el tiempo, se volvieron más fuertes y claras. Parecía que había varias voces hablando a la vez, pero no podíamos entender lo que decían. Solo sabíamos que era algo aterrador. Entonces, la puerta de la habitación comenzó a moverse sola. No había viento, y no había nadie más en la casa aparte de nosotros. Pero la puerta se movía como si alguien o algo estuviera tratando de entrar. Nos quedamos petrificados en el suelo, sin saber qué hacer. Una de mis amigas comenzó a gritar. Había visto algo moviéndose en la sombra detrás de nosotros. Nos dimos cuenta de que algo estaba tratando de acercarse a nosotros desde el otro lado de la habitación. Podíamos sentir su presencia, pero no podíamos verlo. Entonces, comenzamos a escuchar un susurro en nuestras cabezas, como si alguien estuviera hablando directamente con nosotros”.

“No sé cuánto tiempo estuvimos en esa habitación, pero parecía una eternidad. Finalmente, uno de mis amigos tuvo la idea de despedirse adecuadamente de la entidad y pedirle que se fuera. Todos estábamos dispuestos a intentarlo, y comenzamos a decir adiós a la entidad. Al principio, nada parecía estar sucediendo, pero luego la puerta dejó de moverse y las voces y el susurro desaparecieron. Nos quedamos allí, temblando y sin palabras, durante varios minutos después de que todo terminara. No podíamos creer lo que acabábamos de experimentar. Pero sabíamos que algo había cambiado en esa habitación, y que nunca volveríamos a ser los mismos”.

Después de esa noche no han vuelto a tocar la ouija “me di cuenta de que no sabía lo que estaba haciendo y que no tenía control sobre lo que podía suceder. Aprendí que jugar con fuerzas que no comprendemos puede tener consecuencias terribles”.

La ouija no es un juego y se debe tener mucho cuidado pues, aunque inusual, se puede llegar a tener vivencias como las que tuvieron nuestros testigos y que jamás olvidarán, una experiencia traumática muy desagradable.

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