Según datos facilitados por la Policía Nacional, en los últimos siete años se ha detenido a más de 600 personas por estos timos, se han esclarecido más de 1.200 casos y se han recuperado más de 2,8 millones de euros estafados a ciudadanos de los cinco continentes.
Solamente en Madrid, la Policía ha detenido a 186 personas y ha investigado más de 200 estafas.
El ‘modus operandi’ de estas redes, que comenzaron a detectarse en los años 80 y que están dirigidas habitualmente por ciudadanos nigerianos, es sencilla y barata, ya que solamente son necesarios un ordenador, una impresora, sellos de correos y algo de imaginación.
De forma sistemática, los estafadores envían cada día miles de cartas y correos electrónicos a posibles ‘primos’ de países de toda la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Australia u Oriente Medio.
No obstante, los mensajes sigue siendo atractivos: ‘Ha resultado agraciado con un premio de la lotería española de XX millones de euros’ o ‘Antes de su muerte mi cliente depositó 20 millones de dólares que legalmente le pertenecen’.
Las direcciones, nombres o correos electrónicos de las víctimas son obtenidos de listados de empresas de markéting y publicidad que venden estos datos. La inmensa mayoría de los receptores no pican el anzuelo y hacen caso omiso de las promesas, pero el negocio es rentable con que apenas un puñado de incautos respondan a las misivas.
El estafador se presenta como el representante, abogado, familiar o médico de un millonario enfermo de un país africano, o de un político o alto cargo fallecido en un accidente y que, de forma sorprendente, ha dejado en herencia una importante suma de dinero.
El timado recibe incluso documentos, siempre falsos, emitidos supuestamente por la entidad depositaria de la herencia millonaria en los que se acredita haber recibido la orden de transferencia a favor de la víctima.
Pero antes de materializarse ese ingreso, que nunca llegará a producirse, comienzan los problemas y es necesario que el estafado adelante una cierta cantidad de dinero para diversos gastos de gestión, impuestos o sobornos a terceras personas.
Una vez que se producen los primeros pagos, los estafadores continúan solicitando más dinero hasta que la víctima se percata del engaño y los timadores desaparecen.
En la modalidad del premio de lotería falso, la mecánica es muy parecida, aunque las cantidades estafadas suelen ser inferiores, en torno a los 9.500 euros de media.
Las cartas, con el membrete simulado de Loterías y Apuestas del Estado prometen también importantes premios a cambio de una pequeña cantidad de "gastos de gestión" o impuestos.
Para los timadores todo vale y la crisis económica y el aumento del paro les ha obligado a agudizar el ingenio.
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