Contemplo admirado el precioso don que me ha entregado la Asociación Multisectorial de Jardinería de Andalucía de la mano de su presidente el icariano Juanma Ruiz Cobos. Es un precioso almocafre, posiblemente una de las herramientas más primitiva creada por el ser humano. Mi buen amigo el arabista Rafael Pinilla me recuerda el indiscutible origen andalusí de la palabra, que hace referencia a aquellos trabajos que requieren de la mano portentosa cuidadora de las plantas. Con él se araba y plantaba, desde la más difícil postura que acababa con las lumbares del campesino. Pero el almocafre ha sido el utensilio básico, como el pincel para el pintor o el cincel para el escultor, que ha servido también al jardinero para crear grandes obras artísticas a base de naturaleza en el espacio humanizado. Cuan acertada elección de la Asociación para otorgarla como premio, dedicado al geópono Ibn Luyun. Su obra, una de las pocas del periodo Andalusí conservadas en su integridad, contiene 1365 versos. Era su forma de ayudar al conocimiento mediante reglas nemotécnicas. Tan sorprendente como su estilo son algunas de sus propuestas que muy vigentes en la actualidad, como las que describen las proporciones y la ordenación del terreno para ubicar casas, almunias, cultivos agrícolas y jardines. Un orden perfectamente propuesto del que tanto hoy tenemos que aprender en la planificación urbanística. Pero en estos momentos de crisis climática, probablemente similar a la que él vivió aunque la nuestra más acelerada, aún llama más la atención una de sus uyurzas en la que recuerda que el sabio bien conoce que ante estos extremos meteorológicos la única defensa es el jardín, y que si abandona esa defensa aparecerá la locura.Y así nos receta esta terapia en verde: Apégate a su defensa, y te salvarás, tal defensa es el jardín. Ya sea Parque, Bosque Urbano, Arbolado callejero, cubiertas vegetales, fachadas verdes o el cercano jardín, son la única forma de adaptarnos a estos extremos del tiempo que nos viene. Miremos a arriba y luego atrás, y veremos que frente a fantasmagórica inteligencia artificial la mejor opción es el almocafre 2.0.Alos gestores habría que recordarles aquella otra uyurza de Ibn Luyun en la que nos recuerda que el remedio para el mal de ignorancia es bien preguntar. Pregunta y sabrás. Vergüenza y orgullo son estorbos en lograr la CIENCIA.
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