Con el mar y la bahía a su espalda, y el viento soplando a rachas pero con prudencia hacia los Baños del Carmen, el candidato socialista a la Alcaldía de Málaga, Daniel Pérez, desgranó en el inició de este lunes, cuarto día de campaña electoral a las municipales, su programa para tratar de 'asaltar' con los votos de la mayoría la Casona del Parque, donde gobiernan los populares desde hace 28 años.
Y lo hizo con el eje central de la mayoría de los partidos, el problema de la vivienda y la falta de pisos de protección oficial (VPO) que permitan elevar la oferta en el mercado inmobiliario, abaratando los precios de la obra nueva y tratando de reducir las rentas del alquiler, que se acercan ya en la capital a los 1.000 euros mensuales de media.
Para evitar que los fondos de inversión compren inmuebles enteros en el casco histórico, rehabiliten edificios en algunos casos abandonados, pero que antes eran residenciales, y "hagan operaciones rápidas de negocio con solares dedicándolos luego a pisos turísticos", Pérez remarcó que el modelo que presentan los socialistas para el centro es la propuesta que tienen para la zona de Lagunillas, con reformas interiores y de recuperación de los espacios tradicionales.
"No todo el centro puede ser para un uso turístico, puesto que eso va en contra de lo que es un espacio urbano normalizado. Tiene que haber un 'mix' de uso. El propio Observatorio de Medio Ambiente Urbano, el Omau, ya ha dicho que la situación que se está viviendo en Málaga es desproporcionada. En la ciudad hay 8.000 pisos turísticos. En Barcelona, con un millón cien mil habitantes más que Málaga, tiene también ocho mil. Eso significa que algo falla. Si además hay cuatro mil quinientos pisos turísticos censados en el centro, y solo residen empadronadas 4.800 personas, tenemos un problema", remarcó el también portavoz municipal socialista.
En el último lustro, el Ayuntamiento de Málaga ha autorizado el cambio de uso de solares y viejos inmuebles, que han sido adquiridos por fondos de inversión extranjeros (Suecia, Israel, o Finlandia) para destinarlos, después de reformarlos completamente, a un uso hotelero turístico. Ha sucedido con edificios en las calles Comedias, Peña, Carretería, Madre de Dios, San Juan, Álamos, Pozos Dulces, o en el barrio del Perchel. Espacios que no solo han dejado de tener un uso residencial de continuidad, sino que a medio plazo han elevado el precio de la obra nueva y de los alquileres de la zona, al reducirse también la oferta de fincas en el casco histórico.
Para actuar contra estas operaciones, los socialistas plantean establecer un plazo mínimo desde la construcción o rehabilitación de edificios para poder obtener una licencia de alquiler turístico, "y evitar así la especulación de los fondos de inversión en la adquisición de inmuebles".
En su programa, el PSOE propone la construcción de 10.000 viviendas nuevas VPO y la habilitación de suelos para edificar pisos de alquiler con ayudas estatales y europeas. Además se recoge que se dejará de vender suelo del Patrimonio Municipal "para usos que no redunden en la mejora al acceso a la vivienda".
Pese a que los socialistas consideran que las viviendas turísticas son "un dinamizador económico importante" para la ciudad, pero que "no han mantenido un equilibrio justo con los vecinos", su propuesta para los próximos cuatro años es la creación de una moratoria para no expedir nuevas licencias de este tipo de alquileres en bloques de viviendas, "mientras se analiza un máximo" de autorizaciones en los diferentes distritos de la capital.
También proponen intensificar la inspección municipal ante las denuncias de los propietarios residentes, "cuando el piso turístico genere problemas a las comunidades de vecinos". Además pedirán un cambio de la normativa fiscal que comportaría que estos inmuebles paguen un IBI especial por el cambio de uso de residencial a turístico.
LOS EFECTOS DEL RUIDO PARA LOS VECINOS
Respecto a otra de las consecuencias de este modelo de ocupación de pisos por turistas, y la contaminación acústica que ello genera en el centro y otros barrios de la capital, el candidato socialista calificó de "mala praxis" la llevada a cabo por el equipo de Gobierno de Francisco De la Torre estos últimos años, que ha supuesto una condena al Consistorio por parte del TSJA por negligencia, por no actuar cuando los vecinos denunciaban la ocupación de la vía pública y los ruidos procedentes hasta altas horas de la madrugada de los locales de hostelería.
"Todo esto, al igual que sucede con el uso de los patinetes, conlleva un grave perjuicio para los vecinos y vecinas. Lo que hace falta es actuar por calles porque cada calle es diferente. El ruido en Plaza Mitjana es de una forma y en Ollerías es distinto. Se requiere una zonificación para saber el nivel de ruido de cada vía y limitar las licencias", añadió.
Precisamente el fallo judicial de 2022 recuerda que pese a tener una ordenanza municipal y normativa autonómica contra el ruido, el Ayuntamiento de Málaga no actuó para evitarlo, al menos judicialmente desde el año 2018.
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