San Fernando ocupa el puesto número uno de las ciudades españolas que tienen el aire más limpio, siendo la localidad número 28 de todo Europa. La concentración de la localidad isleña de PM2,5 se sitúa entre 5 y 10. Le sigue Santiago de Compostela en segunda posición y en el puesto 29 a nivel europeo. En el puesto 52 aparece Ceuta, mientras que en el 64 está Elda.
En el otro lado de la balanza aparecen Castellón de la Plana, que se sitúa el 300 del total de 375 ciudades estudiadas. También aparecen Córdoba (271) y A Coruña (268), que también tienen una contaminación atmosférica "deficiente", ya que alcanzan una concentración de PM2,5 entre 10 y 15.
Este curioso dato se desprende de las evaluaciones de la calidad de aire que la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha publicado este lunes, 24 de abril, y que desvela que actualmente la contaminación atmosférica causa más de 1.200 muertes prematuras al año entre los menores de 18 años en Europa y aumenta "considerablemente" el riesgo de contraer enfermedades en etapas posteriores de la vida.
Las ciudades más limpias de toda Europa son Faro (Portugal) y las suecas de Umea y Uppsala: según la AEM.
En este trabajo, los responsables advierten que los niveles de contaminación atmosférica en Europa "siguen sin ser seguros", especialmente para los menores. Tanto es así que ya en 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que hasta el 93 por ciento de la población infantil en todo el mundo está expuesta a niveles de partículas finas más altos de lo permitido, agravando así los casos de asma y de alergias en la infancia.
No obstaste, la AEMA puntualiza que el número de muertes prematuras en este grupo de edad es "bajo" en relación con el total de la población europea estimado cada año, pero lo que está claro es que "las muertes en edades tempranas representan una pérdida de potencial futuro y conllevan una importante carga de enfermedades crónicas, tanto en la infancia como en etapas posteriores de la vida".
Por ello, la importancia de que la contaminación atmosférica se reduzca a niveles seguros. "Es urgente que sigamos intensificando las medidas a escala comunitaria, nacional y local para proteger a nuestros niños, que no pueden protegerse a sí mismos. La forma más segura de mantenerlos a salvo es conseguir que el aire que todos respiramos sea más limpio", afirma Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA. Porque la realidad es que "los niveles de contaminación atmosférica en toda Europa siguen siendo inseguros y las políticas de calidad del aire deben tener como objetivo proteger a todos los ciudadanos, especialmente a los niños, que son los más vulnerables a los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud.
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