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Cádiz Suena Bien

El flamenco no es de los puristas sino del pueblo

Miguel Salas, uno de los artífices de la Ley del Flamenco, habla para Andalucía Información

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El Flamenco es permeable, no tiene fronteras ni muros, es mestizo.

La Ley es importante por lo que no hace: no encorseta ni acota al Flamenco.

¿Cómo surgió la idea de una Ley para el Flamenco?

Fue en pleno confinamiento. La entonces consejera de cultura Patricia del Pozo fue su artífice. Ángel Muñoz Cadenas la persona de la consejería que más trabajó en el proyecto. Y finalmente ha sido el actual consejero, Arturo Bernal quien la ha hecho realidad. Sin ellos tres, esto no sería hoy una realidad.

¿Quiénes colaboración en su diseño?

Me ayudaron muchos juristas como Manuel Sillero y José Miguel Manaute, y gente del sector como Guiomar Fernández (del Ballet Nacional), Enrique Luike, Cristian de Moret, Manuel Imán, etc. En aquellos meses intenté hablar con todo el mundo y captar lo que cada uno me exponía. Tuve largas charlas con gente como Ricardo Pachón, Joaquín San Juan, Faustino Núñez, etc. Muchos eran bastante reacios a la idea de una Ley.

¿Tuvo mucha presión a la hora de redactar el texto inicial?

La Consejería de Cultura me dio la libertad absoluta que se le solicitó, para diseñar el texto legal. El entonces Jefe del Servicio de Innovación Cultural, Ángel Muñoz Cadenas y su equipo, con quienes se coordinó el articulado, trabajaron duro para sacar un texto consensuado. La inclusión de la relevancia del pueblo gitano en este arte estuvo sobre la mesa y generó diversas interpretaciones, sobre todo históricas, pero en todo caso su relevancia era una cuestión incontrovertida.

¿Qué cree que puede cambiar este texto legal, a corto y medio plazo, de cómo percibimos el flamenco en la actualidad?

El flamenco ha venido siendo considerado en España un género “menor” y se ha asociado con tics despectivos. Los “flamencos no comen”, y cosas así es usual escucharlo. El que de pronto una región como Andalucía que es la cuna del flamenco, decida aprobar una ley sobre la, materia, es algo histórico. Quizás en España esto no sea fácil de comprender, pero te digo que incluso el TIMES en Reino Unido se ha hecho eco de la noticia. Me están llegando artículos de EURONEWS y de medios de Japón comentando la noticia y otros, generalmente españoles, criticándolo. Creo que eso es cosa propia de nuestro país. Aquí somos muy combativos y críticos con lo nuestro.

Seguro que ha vivido anécdotas muy interesantes durante el proceso de creación de la ley. ¿Podría contarle a la audiencia de Andalucía Información alguna de ellas?

Bueno, hubo quien me dijo si vamos a cambiar el compás de bulería, en tono irónico, claro.

Miguel Salas. (Foto Nico Salas)

¿Cómo cree que será el desarrollo de esta Ley?

Una de las cosas que veo es que el actual consejero de cultura, Arturo Bernal tiene la misma ilusión por este proyecto que su antecesora. La presencia de la consejería de gente como ANGEL MUÑOZ CADENAS garantizará un positivo desarrollo de la ley.

¿Acota esta Ley el concepto de lo que es FLAMENCO?

En absoluto. Ese es el gran error y lo que ciertos sectores erróneamente consideran. Si en algo estábamos todos de acuerdo era en la necesidad de asegurar la diversidad cultural del Flamenco como expresión artística, en constante evolución, y transformación. El Flamenco es permeable, no tiene fronteras ni muros, es mestizo. No creo que pueda acotarse ni imponerse qué es y qué no es Flamenco. En este sentido la Ley es importante por lo que no hace: no encorseta ni acota al Flamenco, sino que fomenta sus múltiples formas de expresión.

¿Garantiza la Ley la “diversidad” flamenca?

Si en algo estábamos todos de acuerdo era en la necesidad de asegurar la diversidad cultural del Flamenco como expresión artística, en constante evolución, y transformación. He puesto varias veces el ejemplo de la obra de Camarón y en especial “La Leyenda del Tiempo” dónde camarón utilizó músicos de Rock (Gualberto, Alameda, Ruben Dantas…), y composiciones y letras de Veneno (Viejo Mundo, Volando voy). Aquello fue algo similar a la electrificación de Bob Dylan en 1965. Son hitos que generan un enorme rechazo al inicio (por los puristas del arte anterior) y después se convierten en tendencia (cuando se asumen por la sociedad). Así discos como LA LEYENDA DEL TIEMPO o BLONDE ON BLONDE (DYLAN) se convierten en obras maestras.

Si algo se saca en claro de estas estas experiencias es que el flamenco está vivo y en constante evolución. Ninguno tenemos la autoridad para incluir ni excluir ninguna expresión artística flamenca, más allá de la que el pueblo le otorga de forma espontánea con el paso del tiempo.

¿Y qué me dice del “purismo”?

El “purismo” en el flamenco no es más que un intento de acotar un concepto de un arte con la imagen que esa persona tiene de él, pero no es real ni colectiva.

¿Cómo la han recibido los puristas?

Paco de Lucía decía que luchaba contra la “tiranía de los puristas”. No creo que haya existido jamás un flamenco “puro” sino que este arte ha ido transformándose con los tiempos, creyendo cada generación que la pura era la suya y no la que venía más tarde. Este arte ha alcanzado sus más altas cotas de popularidad con su fusión con el rock y el jazz en los años 70. Artistas como Lole y Manuel, Gualberto, Enrique Morente con Lagartija Nick, Agujetas, Raimundo y Rafael Amador, las producciones de Ricardo Pachón o Gonzalo García Pelayo, el propio Paco de Lucía con sus obras con Benavent o Jorge Pardo, o Al Di Meola, Coryell o McLaughlin, fueron vistas en su tiempo como una profanación de patrones del flamenco, pero hoy no solo son aceptadas de forma generalizada, sino que muchas son consideradas obras maestras.

¿Cabe más innovación en el Flamenco?

Seguro. No creo, sinceramente, que el Flamenco se quedé ahí. Ya hay abundante producción musical que aúna la música electrónica con el Flamenco, y de una enorme calidad. Tanto en el cante, el toque o el baile, están proliferando artistas que mezclan flamenco con danza contemporánea, como Rocío Molina, o con la música electrónica (Bronquio, etc) que están abriendo puertas a nuevas dimensiones. Te pueden gustar más o menos, pero es indudable que mezclan nuevas concepciones musicales con estructuras flamencas y que tiene como resultado una obra distinta e innovadora.

¿Andalucía es al flamenco como Nueva Orleans al jazz?

Sí, creo que es la comparación más acertada que podría hacerse. Estas artes nacen en una localización geográfica concreta. Luisiana, Andalucía. y luego van expandiéndose y adquiriendo diversas formas y expresiones. Imagínate lo que pueda parecerse lo que hacían los negros del estado de Luisana en el siglo XIX a lo que en el siglo XX hicieron gente como Keith Jarrett o Miles Davis o ahora hacen artistas como Miya Masaoka. Pues en el flamenco las comparaciones son similares.

Raimundo Amador, Miguel Salas. (Foto Nico Salas)

¿Y las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial?

La Ley las tiene en cuenta. Las nuevas tecnologías, la Inteligencia artificial, la música sintética, etc, generarán nuevas formas de expresión también dentro del flamenco. La innovación ha existido siempre pero solo se ve con la perspectiva de los años. El cajón como instrumento “flamenco” solo existe desde que Paco de Lucía lo introdujo en los años 80, procedente de Perú, y hasta entonces no había otra percusión que las palmas y los taconeos, aunque muchos crean que su uso arrastra siglos.

No se le puede, ni creo que se deba, poner coto a las innovaciones ni el flamenco es de los puristas sino del pueblo.

¿Qué supone el Flamenco desde el plano económico?

No lo sabemos a ciencia cierta. Para eso se creó la figura del Registro. Mira, hay personas que vienen desde Francia, Estados Unidos o Japón, para conocer Cádiz, Jerez, Huelva, Sevilla, etc, para recibir clases de baile, de guitarra, para conocer tablaos, a ver bienales y potajes flamencos. No somos conscientes del valor que a esto se le da fuera y durante años hemos minusvalorado lo que aquí teníamos. La ley nace con la pretensión de invertir esa tendencia.

Quizás poca gente sepa que en Amsterdam tienen una Bienal de Flamenco. O que tan solo en la ciudad de Tokio existan más academias para aprender flamenco que en todo el territorio español. Si Andalucía es la cuna del flamenco, parece lógico que se quiera tomar ese protagonismo y que se valore en su justa medida. Para la región puede ser un potencial económico y turístico importante. Creo que el consejero de Cultura que también lo es de Turismo, tiene ese concepto muy claro.

Ricardo Pachón, Miguel Salas, Raimundo Amador, Fernando Vacas.  (Foto Nico Salas)

¿Y cómo hacer para que los flamencos comprendan la importancia económica de su propia actividad?

Cuando redactamos la Ley estaba muy influenciado por las teorías de Richard Thaler y Sunstein, que desarrollaban a su vez las de Daniel Kahneman sobre el estudio de los sesgos humanos, promoviendo lo que llaman “nudges” o “empujoncitos” que un estado debería dar para fomentar determinado tipo de comportamientos por el bien de la población. Le llaman “paternalismo libertario”. La Ley tiene mucha influencia de esa idea en aspectos como la creación del Registro Andaluz del Flamenco, “empujando” a los artistas que se inscribieran, con la idea de poder tener en unos años un “mapa” de la relevancia del flamenco en la economía regional, esencial para potenciar su fomento.

¿Y, para terminar, tiene Andalucía competencia exclusiva para regular el Flamenco?

El Estatuto de Autonomía en su artículo 68 dice que “Corresponde a la Comunidad Autónoma la competencia exclusiva en materia de conocimiento, conservación, investigación, formación, promoción y difusión del flamenco como elemento singular del patrimonio cultural andaluz” y encarga, además, la conservación y puesta en valor del patrimonio cultural, histórico y artístico de Andalucía, y especialmente del flamenco (art.37).

Nosotros no queríamos invadir competencias estatales ni que se viera por otras comunidades con fuerte arraigo flamenco, como una especie de “apoderamiento” exclusivo por parte de Andalucía.

Hay quien habla de la inconstitucionalidad del art. 68 del Estatuto.

Nosotros teníamos claro que el flamenco no tiene barreras territoriales y que es un arte universal, pero no por ello es menos cierto que su cuna es Andalucía y sería absurdo obviarlo. En ese sentido, la Ley (que podrá ser imitada por otras comunidades autónomas) toma la iniciativa de fomentar este arte valorándolo y dignificándolo. Este, creo, es el enorme acierto de esta iniciativa política.

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