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Vida municipal y pensiones

Para ejemplo una ciudad muy especial que cuenta con un 16,60% de población mayor de 64 años.

Publicado: 23/04/2023 ·
12:54
· Actualizado: 23/04/2023 · 12:54
Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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Vida municipal y pensiones

 

Evidentemente las pensiones no las fijan, ni las gestionan los ayuntamientos. Y sin embargo la vida municipal, que afecta a todas las personas vecinas de una población, está relacionada con ellas. En la medida que la población “envejece”, eso dicen, aumenta el número de personas que, por su edad e historial laboral, deberían recibir una pensión del estado. Para ejemplo una ciudad muy especial que cuenta con un 16,60% de población mayor de 64 años. En términos relativos unas 20 mil personas. Si esas personas estuvieran en la media de la renta per-cápita, que el Instituto Andaluz de Estadística (IAE) calcula para esa ciudad en algo más de 21 mil euros, el total de pensiones que en esa ciudad el Estado tendría que ingresar sería de 420 millones de euros. Una cantidad muy importante de euros que recibirían las personas de edad y que sin duda mediante el consumo diario fluirían por la ciudad. De este conjunto de algo más de 20 mil personas mayores de 64 años (según datos de 2018 IAE) cobran pensiones NO contributivas 1949. Por invalidez 869 y por jubilación 1080. El importe de todas ellas no supera los 720 mil euros, por lo que la media de estas pensiones sería de 368 euros mensuales. Con el coste de la vida, llamar a esto “pensiones” es poco menos que insultante. Dígase mejor “limosna”, “dádiva”, “donativo”, “auxilio”, “ayuda”, “socorro”.

Del conjunto de las llamadas pensiones CONTRIBUTIVAS interesa algún dato (2021 IAE) Con menos de 65 años perciben pensiones contributivas 5479 personas con una media de 1045 euros, siendo el monto total que recibiría la economía local sería de algo más de 68 millones de euros. De ellas 3021 son de hombres, con una media de 1214 euros, y 2458 son de mujeres, con una media de 837 euros, siendo en 377 euros menor que la de los hombres y viene a ser casi lo que cobra una persona por pensión no contributiva.

El número de personas que cobran pensiones contributivas mayores de 64 años es de 13925 y la media se sitúa en casi 1200 euros. El importe mensual de todas ellas supone 16 millones 710 mil euros. Por sexos, las 7355 pensiones a hombres tienen de media 1460 euros y la media de las 6570 de mujeres es de 900 euros. Vuelve a confirmarse una diferencia de pensión media a favor de los hombres de algo más de 550 euros. Los datos globales permiten dar una idea del impacto de las pensiones en la economía del municipio. El total de personas mayores de 64 años que reciben alguna pensión es de 15874 de las 20300 personas censadas. Lo que supone que al menos 4426 de ellas no reciben pensión alguna. Y este dato es importante porque, de esas más de 4000 personas, muchas de ellas han trabajado periodos de vida laboral que no son suficientes para acreditar derecho a la pensión, pero que con algo de ayuda podrían completar un tiempo necesario para recibir una pensión. Este colectivo tendría que ser prioritario para las acciones que el ayuntamiento canalice mediante las iniciativas de Cooperación Local en el marco del Programa de Fomento del Empleo Industrial y Medidas de Inserción Laboral en Andalucía. El total de euros anuales que reciben las personas pensionistas en esta localidad sería de 209.160.000 euros anuales: 8.640.000 no contributivas y 200.520.000 contributivas. Si se repartiera entre toda la población mayor de 64 años cada persona recibiría al año 9877 euros año, que mensualmente supondría 823 euros. A estos 209 millones de euros hay que añadirles los 68 millones de euros, que cobran menores de 65 años. El total de euros por pensiones que llegan del Estado a este municipio sería de casi 280 millones de euros. Teniendo en consideración que la renta per-capita de esta localidad, según IAE, es de 21000 euros, el colectivo de pensionistas (mayores de 64 años o menores de 65 años) que sería de 25797, le correspondería 541 millones de euros. Es decir que las personas pensionistas están claramente por debajo de la renta per-capita, nada más y nada menos que 261 millones de euros. La renta per-capita es, en esta localidad y en general en todas, un indicador evidente de las graves desigualdades que padece la población. Ya que, si a cada una de las personas (122.368) censadas les corresponde 21000 euros, el conjunto del Producto Interior Bruto sería del orden de los 2570 millones de euros. Estos realmente se repartirían entre un 25% del total de la población, dando una renta media real a las 30.000 personas aproximadamente de 85000 euros anuales, casi 10 veces lo que recibiría un pensionista medio en ese municipio.

Después de tanto número, convienen unas consideraciones sobre el impacto en la economía local de los dineros que desde el Estado llegan mediante el pago de pensiones. Ya que la casi totalidad de estos más de 280 millones de euros se gestiona en la localidad. Tiene mucho sentido que desde los ayuntamientos también se hagan las cuentas en materia de pensiones, ya que las personas que residen en sus territorios reciben las consecuencias de sus aumentos, sus reducciones o sus retrasos. Cuando se atrasa la edad de la jubilación se está actuando sobre el montante total de las pensiones que se reciben en un municipio y de hecho se sustrae a la población que en él reside de las cantidades que deberían haber llegado y no llegarán, empobreciendo al conjunto.

El tema de las pensiones es uno de los más esenciales de la vida municipal y no sólo por la entrada de recursos económicos en la economía local, como se ha puesto de manifiesto, sino que además las personas que no reciben estas, ya mayores están imposibilitadas de poder trabajar, suponen una carga que el conjunto de vecinas y vecinos deben asumir, ya que la humanidad que se les supone les impide quedarse inermes ante la pobreza ajena (incluso propia por amistad o familia). Ofrecerles techo, alimento, ropa, agua, electricidad, medicinas… es un imperativo. Y ello deberá correr a cargo de los Ayuntamientos, de los impuestos de toda la vecindad, que, además de protestar y exigir a las administraciones responsables en justicia y legalidad de atender a estas personas, deben “dar trigo”, so pena que se mueran estas personas excluidas del “sistema”.

Con las pensiones hemos topado amigo Sancho. Fdo Rafael Fenoy Rico

 

 

 

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