—¿Desde cuándo pertenece a la escuela?
—A los ocho años le dije a mi padre que quería apuntarme a la escuela, y hasta ahora que tengo 21. Han sido los mejores años de mi vida porque he hecho lo que quería estando en el campo y toreando.
—¿Quién le inculcó la afición por los toros?
—Mi abuelo fue el que me transmitió la afición, porque cuando tenía dos años tengo fotos en las que estoy toreando con servilletas, haciendo de espada y palillo de la muleta una cuchara y un tenedor.
—¿Todo por y para el toro?
—Lo dejé todo, hasta los estudios, por ser torero. Soy una persona a la que no le gustan las discotecas y he sacrificado mi vida por el toro.
—¿Qué recuerda del primer becerro que toreó?
—Fue cuando tenía unos trece años en Algeciras, con novillos de San Miguel, y cobré mucho.
—¿Cobró dinero o se llevó un palizón?
—El novillo me dio la grande, pero le corté un rabo. Al día siguiente no me podía mover porque me partió la muñeca. Fue un hándicap grande para mí, que estaba empezando. Pero me vine arriba y hasta la fecha he toreado setenta y seis novilladas gracias a la escuela de Algeciras.
—¿Se lo ha jugado todo a una carta, a pesar de lo complicado que es ser torero?
—Sé que es muy complicado llegar a ser figura del toreo porque este mundo es muy difícil. Pero lo tengo que intentar hasta el último momento, porque mi ilusión es ser matador de toros.
—¿Se ha desilusionado alguna vez?
—Nunca, y si hubiera surgido lo mejor hubiera sido que cogiera mis trastos e irme para mi casa. Desde muy chico quise ser torero y es lo que voy a intentar. Hay momentos malos porque el año pasado tan sólo toreé tres novilladas sin caballos, porque vienen chavales jóvenes arreando y hay que darles oportunidades. Nunca me aburrí, pero fueron muchos en estos años los que se quedaron en el camino, porque la competencia es fuerte.
—Aparte de con la escuela, lo he visto por esas ganaderías de la Ruta del Toro, esperando en los tentaderos para que le dejaran dar unos capotazos…
—Por la zona hay muchas ganaderías y sus propietarios me han ayudado bastante como son los hermanos Gavira y la familia Mateo, que se han portado con la escuela y conmigo muy bien.
—¿Cómo lleva la preparación de cara a su debut con caballos en la próxima Feria de Algeciras?
—Estoy muy preparado y he perdido en dos meses diez quilos. Entreno tres veces diarias. Es mucha responsabilidad, pero no voy a defraudar a mi pueblo que es Algeciras.
—¿Es consciente de que se juega el ser o no ser?
—El maestro Merlo me dice que no tengo nada que perder, pero mucho que ganar. Por lo tanto, lo pienso dar todo en mi debut con caballos el día 24 de junio en Las Palomas, que toreo con Salvador Barberán y David Galván con reses de Miguelín. Son muy amigos míos, pero cuando hagamos el paseíllo es otra cosa.
—¿Cuál es su toreo?
—No puedo decir que tengo un toreo de arte porque miento. Soy un torero de raza, pero cuando cuajo un novillo me gusta sacar pellizquitos. Pero si el novillo no embiste le tengo que embestir yo para cortarle las orejas como sea.
—¿Cómo transcurre un día de usted?
—Por la mañana a las nueve ya estoy en la plaza para entrenar hasta la una y media o las dos. Por la tarde de cinco a ocho también y, después me voy a correr una hora o así.
—¿Sus entrenamientos son dosificados y controlados?
—El maestro Diego Ramos me está poniendo muy fuerte. Él me ha dado muchos buenos consejos y lo aprecio bastante como también a Juan Repullo.
—¿Recuerda el primer traje de torear que se puso?
—Era un grana y oro que se lo alquilé a Pepe El Alicate de Jerez. Creo que me costó 120 euros con todo completo (castañeta, montera, zapatillas). El segundo fue alquilado también y después le compré a un compañero un traje azul rey y oro, habiéndolo tenido hasta hace poco que lo he regado. Actualmente tengo un nazareno y oro y, un tabaco y oro.
—Aunque falta un mes para su debut, ¿ya sueña con ese día?
—Sueño que llegue ese día para debutar con caballos en la feria. El sacrificio es muy fuerte y lo que quiero es estar ahí delante y que ese esfuerzo sirva de algo.
—¿Un día bueno toreando y otro malo que quiera olvidar?
—Buenos hay muchos, como hace dos años en la plaza de Málaga a un novillo de Los Guateles le corté una oreja con petición de la segunda. Y olvidar por completo una novillada en San Fernando, en la que los novillos fueron muy malos los seis.
—¿Cómo esta la Fiesta?
—A unos les gusta y a otros no. Por lo tanto, le pido a la gente que no le guste la Fiesta que la respete, lo mismo que nosotros les respetamos a ellos.
—¿Ha soñado con alcanzar la gloria?, y, ¿que haría con el primer dinero que gane?
—Los que estamos empezando hemos soñado con alcanzar la gloria. Y el primer dinero que ganara se lo daría a mi madre, que ha sido la que ha estado ahí sacrificándose. Por lo tanto, si mi madre va a la plaza, le brindaré uno de los novillos.
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