Ha terminado la espera. Este miércoles por fin se ha publicado 'El chico de las musarañas', el libro que comenzó a escribir Aless Lequio cuando le diagnosticaron cáncer en 2018, que no le dio tiempo a terminar y que su madre, Ana Obregón, ha finalizado por él.
Un relato desgarrador en el que la bióloga habla de cómo vivió la enfermedad de su hijo, el indescriptible dolor que sintió tras su muerte -desvelando que incluso a punto estuvo de suicidarse- y el infierno que ha atravesado en los últimos tres años hasta cumplir la última voluntad de su hijo, el nacimiento de la pequeña Ana Sandra. "La historia de amor más bonita y cruel jamás contada" explica la propia Ana.
'El chico de las musarañas' comienza con una fecha que la presentadora jamás olvidará: el 23 de marzo de 2018. Ese día, mientras iba de camino a la fiesta de fin de rodaje de la serie 'Paquita Salas', la actriz recibió una llamada de Aless: "Mamá, me muero de dolor, me voy a urgencias".
Lo que parecía que sería un simple absceso -el joven llevaba tres meses sufriendo dolores- resultó ser un tumor maligno de diez centímetros que se convirtió en el mayor golpe que Ana podría imaginar: "Lloré lágrimas púrpuras que salían a borbotones porque el doctor me dijo 'lo siento, es un tipo de cáncer raro y muy agresivo. Tiene muy mal pronóstico'. Me acababa de arrancar el corazón de cuajo y me estaba desangrando. ¿Cómo se lo iba a decir a mi hijo? ¿Qué iba a hacer?", relata.
A través de las páginas del libro la bióloga describe cómo vivió al lado de Aless su enfermedad y su lucha contra el cáncer, recorriendo hospitales de Madrid, Barcelona, Nueva York y Nueva Yersey. Durísimos momentos en los que como asegura, Alessandro Lecquio estuvo presente: "Aless y su padre eran los mejores amigos del mundo. Me asustaba a veces su increíble complicidad, pero me hacía muy feliz no haber impedido que con las tonterías de padres separados estuviera cerca siempre de él".
Todo se tornó a negro, sin embargo, cuando el 13 de mayo de 2020 su hijo perdía la batalla y fallecía en un hospital barcelonés acompañado por sus padres. Un momento en el que, como Ana revela en su libro, a punto estuvo de acabar con todo. Y fue Alessandro quien lo impidió. "Salí al balcón. Un séptimo piso, la decisión era firme. Me empiné sobre la barandilla que no era muy elevada. Saltar hacia el abismo era mi única opción para seguir viviendo", confiesa, recordando como en ese instante la voz del italiano la hizo reaccionar: "Ana, por Dios, abre la puerta. Tienes algo importante que hacer. ¿Recuerdas lo que nos pidió Aless, su última voluntad?".
"Tu padre nunca supo que, en ese momento, tu última voluntad me salvó la vida. Se enterará leyendo estas páginas. Juro que en ese instante mi acto lo veía como una salvación, pero quiero dejar claro que el suicidio no es jamás una opción, ni en la peor de las tragedias que puedas vivir. Es una cobardía", reconoce.
Su última voluntad, como descubrimos tras el nacimiento de la pequeña Ana Sandra Lecquio fue la de traer un hijo suyo al mundo. "Una luminosa mañana a finales de abril Aless nos dijo: 'Mamá, papá... Si me pasa algo, acordaos de la muestra que dejé en el laboratorio de Nueva York. Quiero tener hijos, aunque ya no esté. Es mi deseo. Prometedme que lo vais a hacer... Por favor'" recuerda la presentadora.
Un deseo del que Ana habla a corazón abierto, confesando que "he luchado sola en silencio, guardando en secreto tu testamento, ese pacto único y milagroso que hicimos en el hospital que solamente sabíamos tu padre, tus tías y yo. He luchado para conseguir lo imposible y esa ilusión me ha perdonado la vida cada día de mis tres años de duelo por ti. Te prometí que te salvaría y no pude cumplirlo. Te juré en el hospital que cumpliría tu última voluntad, y ese milagro se ha hecho realidad", afirma orgullosa.
Un milagro que tiene el nombre de Ana Sandra, que llegaba al mundo el 20 de marzo en Miami, a la que la bióloga define como "el fruto fruto del amor infinito de una madre y un hijo, de un amor que traspasa todos los límites, uniendo el cielo y la tierra".
"Por fin tendré un poquito de ti aquí conmigo y nunca jamás volveré a estar sola. Sé que serás el mejor papá del mundo desde el cielo y que ahora mismo estarás feliz y sonriendo. ¡Lo hemos conseguido, Aless!", finaliza.
Estos son tan solo algunos fragmentos de 'El chico de las musarañas', cuyos beneficios de autor irán destinados íntegramente a la Fundación Aless Lecquio. Así que desde aquí os invitamos a aportar vuestro granito de arena y descubrir el emocionante y desgarrador relato en el que Ana Obregón desvela cómo vivió la enfermedad de su hijo.
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