La Policía norirlandesa (PSNI) ha desplegado un fuerte dispositivo de seguridad ante la llegada este martes a Belfast del presidente estadounidense, Joe Biden, al comienzo de una visita de unas pocas horas a la región para celebrar el 25 aniversario del acuerdo de paz del Viernes Santo.
Las fuerzas del orden han acordonado ya varias zonas del centro de la capital para impedir el paso de vehículos y controlar el tránsito de peatones, al tiempo que han reforzado su presencia en las calles con efectivos adicionales traídos de otras partes del Reino Unido.
Las medidas de seguridad estarán en activo hasta el miércoles a mediodía, cuando Biden tiene previsto partir hacia Dublín para seguir en la República de Irlanda su gira de cuatro días por la isla.
Biden, de origen irlandés, llegará al aeropuerto Internacional de Belfast poco después de las 20.00 horas GMT de hoy y será recibido allí por el primer ministro británico, Rishi Sunak.
El miércoles, ambos dirigentes mantendrán una reunión bilateral y, luego, el presidente dará un discurso en el nuevo campus de la Universidad del Ulster, en la capital norirlandesa, en una intervención a la que también están invitados los principales líderes políticos de la región.
No está claro, no obstante, si Biden tendrá contactos, ya sea de manera colectiva o individual, con los políticos norirlandeses, cuyas divisiones por el Brexit mantiene suspendido desde hace más de un año el Gobierno de poder compartido entre nacionalistas y unionistas, lo que está ensombreciendo el aniversario del acuerdo de paz.
A este respecto, el ex primer ministro británico Tony Blair, uno de los principales arquitectos de aquel pacto, celebró hoy la visita de Biden, pero advirtió de que la influencia estadounidense sobre el proceso de paz debe usarse con "cuidado y tacto".
"Hay diferencia entre influir y presionar, y lo primero puede ser positivo y lo segundo negativo", declaró Blair a la emisora BBC 4, en referencia a los llamamientos efectuados por Biden al Partido Democrático Unionista (DUP), segunda formación, para que levante su veto sobre los arreglos comerciales del Brexit para la región y acepte formar gobierno con los nacionalistas.
Asimismo, el presidente estadounidense se ha caracterizado en los últimos años por su rechazo a este divorcio y es visto como un político más próximo a Dublín que a Londres, tanto por su visión geopolítica como por sus profundas raíces irlandesas.
"Lo que yo aprendí sobre los unionistas es que si les presionas para hacer algo con lo que están fundamentalmente en desacuerdo, esa presión es normalmente inútil, incluso si viene de Estados Unidos, así que deben usar esa influencia con cuidado", recomendó Blair.
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