El director del Espacio Natural de Doñana, Juan Carlos Rubio, explicó a Efe que esta actuación se ha desarrollado durante los últimos cinco meses en la zona de Las Marismillas, al sur de este espacio protegido, y se basó en el clareo y naturalización de más de dos mil hectáreas de pinares intensivos.
La elevada densidad de este pinar de repoblación no sólo suponía una amenaza para incendios forestales y propagación de plagas, sino que impedía el crecimiento del matorral mediterráneo, el ecosistema básico de Doñana.
Esta actuación, iniciada el otoño pasado, ha generado miles de peonadas de las que se han beneficiado unos 350 trabajadores forestales, la mayoría de la comarca de Doñana.
La contundencia de esta iniciativa, que ha requerido el empleo de unas cuarenta unidades de maquinaria, ha levantado algunas críticas en medios conservacionistas por la forma intensiva en que se ha actuado dentro de este espacio protegido y por el intenso tráfico de centenares de vehículos y maquinaria pesada que ha requerido.
Con todo, las intensas lluvias de los últimos meses han propiciado una rápida regeneración de estos terrenos, donde ya es perceptible el crecimiento de herbáceas y de matorral mediterráneos.
Rubio destacó que esta actuación no sólo ha rectificado “la desarticulación absoluta del monte mediterráneo” que padecía esta zona, sino que regenera un ecosistema estratégico de Doñana, pues es el más alejado de las infraestructuras y de la presencia humana.
“Estos pinares suponían un empobrecimiento silvícola del Parque Nacional de Doñana y una disminución de su biodiversidad; su naturalización permite que Las Marismillas recupere su capacidad productiva; su aspecto ya ha cambiado sustancialmente y toda la gente mayor con la que he hablado reconoce tras la intervención los paisajes tradicionales de esta zona, que habían desaparecido hacía treinta años”, subrayó Rubio.
La naturalización de Las Marismillas mejora el hábitat de dos de las especies en mayor peligro de extinción en Doñana: el lince y el águila imperial ibéricos.
Según Rubio, existen “pruebas fehacientes” de la presencia en Las Marismillas de un lince ibérico, lo que supone un buen indicio para recuperar la población de este felino que hasta hace unos años existía en esta zona, estratégica para captar ejemplares y evitar su peligrosa extensión fuera del espacio protegido.
Para recuperar la población de lince en Las Marismillas y consolidar la que ya existe de águila imperial, técnicos del Espacio Natural de Doñana han construido varios cercados en la zona para ayudar a que se aclimaten las poblaciones de conejo que se están reintroduciendo, y también se ha levantado otro cercado para aclimatar linces que se pudieran liberar en esta zona. La naturalización de 1.682 hectáreas de pinar de Las Marismillas está valorada en cinco millones de euros.
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