La procesión del Cristo Salvador Resucitado y Nuestra Señora del Alba y Rocío ponía en la mañana de este Domingo de Resurrección punto final a una Semana Santa en la que todos y cada uno de los pasos han salido a las calles sin que las, en otro tiempo, habituales inclemencias meteorológicas, hayan perturbado esta vez en lo más mínimo los itinerarios de las diferentes cofradías y hermandades.
Los trajes penitenciales, compuestos por túnica y morrión de sarga en color blanco hueso, en referencia a la Resurrección, así como el cíngulo y escapulario granate, han poblado las calles del barrio de Avenida de Iberoamérica, en torno a la iglesia del Salvador, que han compuesto el particular recorrido de esta hermandad.
Cabe resaltar que, en su afán por seguir el proyecto de ejecución de ambos pasos y “las enormes ganas de ver procesionar a la Virgen acompañando al Cristo Resucitado en este Domingo de Resurrección”, ya en 2022 se confeccionaron los doce varales del palio y la crestería de dieciséis piezas, todo en orfebrería plateado con motivos vegetales. De igual modo, y a mediados del pasado año, se adquirieron cuatro candelabros de ocho brazos y treinta dos puntos de luz para el Cristo Resucitado, de orfebrería repujada, obra realizada en el taller sevillano de Manuel de los Ríos.
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