Alcalá la Real

Viernes Santo: Alcalá la Real revive su gran teatro sagrado

Las hermandades y cofradías del Ecce-Homo, Gallardete y Dulce Nombre de Jesús convierten las calles de Alcalá en una verdadera escenificación de la Pasión

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Paso de Jesús Nazareno en su entrada a la calle Real.

Pregoneros de la Hermandad del Ecce-Homo y Jesús en la Columna.

Madre de Dios del Rosario.

Muchas veces se ha aludido al Viernes Santo alcalaíno como una gran representación viva, un teatro sagrado en el que nuestras calles se convierten en el escenario de un conjunto de rituales cuyo origen es precisamente ese, el deseo de mostrar al pueblo, mediante su teatralización, diferentes momentos de la Pasión y Muerte de Jesús, de una manera ilustrativa, vistosa, simple y comprensible, con un afán didáctico que, con el tiempo, se ha tornado en verdadera singularidad para nuestra Semana Santa.

Pregoneros de la Hermandad del Ecce-Homo y Jesús en la Columna.

Los actores de este gran teatro, en la mañana del Viernes, no son otros que la Hermandad del Señor del Ecce-Homo y Jesús en la Columna, junto a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno “Gallardete de Jesús” y la Real Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y Santa Caridad.


Del Ecce-Homo nos quedamos, sin duda, con la vistosidad y colorido de sus vestimentas. El paso de los reos se muestra de diversos colores. El verdugo, como los sayones, representa al personaje que trasladaba al patíbulo a los reos de muerte, y lleva un pequeño turbante, caperuza sustituida por careta negra, camisa verde, honda para zaherir y calzón rojo ceñido.

De color amarillo, la túnica del Mal Ladrón representa el traje o sambenito que se ponía a los castigados por la Inquisición y que luego, se colgaba en los templos. El blanco se usa en la túnica y caperuz del Buen Ladrón, como vestían los condenados a muerte por la Inquisición en su paseo por la ciudad hacia el patíbulo y guardaban los cofrades del Dulce Nombre de Jesús.

Madre de Dios del Rosario.

El paso de los Judíos representa a personajes malos que representan la Venta de Jesús, el pueblo, los fariseos, el Falso Cocilio. El rojo es el color de la sangre derramada y es por tanto símbolo de mártires y remembranza de la Sangre de Cristo. En el Paso de la Sentencia, Pilato va vestido de la célebre toga romana, de púrpura en señal de majestad y autoridad militar como gobernador. Le acompañan soldados romanos con atuendo militar. Los pregoneros, como Simón Cireneo, son personajes vestidos a la usanza cordobesa, con sombrero y traje negro y ribetes morados, y recitan el auto de Pasión.

En cuanto a los pasos del Dulce Nombre y Madre de Dios del Rosario, el trono de Jesús Nazareno es obra del afamado escultor Nicolás Prados, y se trajo de Granada en 1954, desfilando por primera vez aquella Semana Santa con el doble fin de servir para las imágenes de Jesús y del Cristo Yacente. Destacan la sencillez de las andas de San Juan o la Mujer Verónica, esta última montada en la actualidad, en las llamadas “de las Golondrinas”. El trono del Cristo Yacente se hizo en el taller del ilustre imaginero Jacinto Higueras, en 1954.

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