Las pizzas de un italiano con acento serrano causan sensación en un kiosco de chuches de Zahara de la Sierra. Enrico Granieri era un cocinero desempleado y no se lo pensó dos veces a la hora de aceptar la oferta del Ayuntamiento.
Este piamontés echó raíces hace años en el pueblo, donde ha formado su familia.
Estando desempleado después de trabajar en otros locales de poblaciones vecinas donde sus pizzas habían cogido fama, recibió la propuesta del alcalde, Santiago Galván, para hacerse con la concesión del viejo kiosco de chucherías.
En apenas 15 metros cuadrados y rodeado de golosinas, chicles y chocolatinas, Enrico Granieri ha sido capaz de sacar en un sólo día más de 150 pizzas hechas a mano, además de otros platos típicos.
Su inspiración, como la de cualquier italiano, la cocina de su abuela.
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