Desde el balcón del Palacio de Villapanés han sonado históricamente saetas a la vuelta de la hermandad del Cristo de la Expiración a San Telmo, ya entrado el Sábado Santo. María José Santiago fue una de las últimas en ocupar tan digno lugar hace unos años. En ese mismo palacio jerezano, situado justo a la espalda del monumento a Lola Flores en la Cruz Vieja del barrio de San Miguel, se presentará a las ocho y media de la tarde el libro disco ‘Saetas Rescatadas’, proyecto propulsado por el investigador Alfonso Martín Bejarano.
En el proceso de investigación para la publicación de sus dos anteriores libros, el primero de ellos dedicado a la hermandad de la Coronación de Espinas, a la que pertenece, y el segundo, a la Semana Santa a través de la prensa (en la segunda mitad del siglo XIX), se topó el autor con letras de saetas, cuartetas o quintillas, que no se escuchan actualmente. “Cuando estamos viendo las cofradías solemos escuchar las mismas saetas de siempre, y es una pena”, comenta Alfonso, quien explica que “cuando presenté mi primer libro cofrade quise contar con Manuel de la Fragua para que cantara una de esas saetas rescatadas y a él le hizo mucha ilusión, participó, y quedó bastante bien. Hicimos lo mismo cuando presenté el segundo libro”.
A partir de ahí, “de una idea sale otra idea”, el autor comenzó a fraguar esta idea conjuntamente con Manuel y su hermano Pedro, los de la Fragua, seleccionando de esas publicaciones de prensa un “número suficiente, saetas desconocidas y letras de interés”. Dice que “ahora estamos en momentos que nos creemos que las saetas son plegarias, con letras sufridas, pero me ha llamado la atención que había una muchas de ellas que yo llamaría festivas, porque piropeaban a la Virgen, hablaban de lo bueno y bonita que era la cofradía… alguna de esas letras sondel siglo XVI”.
Para que el resultado de la investigación llegue a su dimensión esperada, las saetas se escriben y se cantan. Ahí es donde entran los hermanos de la Fragua, en seleccionar los participantes en la grabación e “involucrarlos de forma emocional”. Son un total de quince, ellos incluidos, los saeteros que participan en este disco editado en los estudios La Bodega, de Josema Pelayo, en calle Francos. “Entiendo que grabar saetas en un estudio no debe ser fácil, es un espacio frío, pero yo me llevaba alguna estampita para que tuvieran presente al Señor y la Virgen”, cuenta de forma anecdótica.
Los nombres que aparecen van desde la veteranía deLuis Moneo a la juventud de Lucía Aliaño a Manuel Monje, pasando por María Terremoto, Ezequiel Benítez, Jesús Méndez o Felipa del Moreno. Grandes saeteros como Juan Lara, Malena Soto, Lidia Hernández, Carmen Grilo, Manuel de Cantarote y Berenjeno completan la lista.
Este disco será venal, aunque recalca que no tiene “fines económicos, solamente la posibilidad de cubrir una serie de gastos”. Han contado con el patrocinio del Centro Cultural Palacio San Dionisio.
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