Una semana después de la visita del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, a Argelia para fortalecer lazos comerciales y estratégicos, algunos eurodiputados han mostrado su preocupación por lo que consideran retrocesos democráticos y el deterioro de los derechos humanos en el país norteafricano.
En una audiencia pública de la Subcomisión parlamentaria de Derechos Humanos algunos intervinientes se han referido a lo que consideran un incremento de la represión contra la oposición, activistas y periodistas que está viviendo Argelia desde 2019.
No es la primera vez que la Eurocámara aborda esta cuestión, puesto que en noviembre de 2020 aprobó una resolución contra el régimen de Argel por sus constantes restricciones democráticas y violaciones de derechos humanos.
Durante la sesión parlamentaria, expertos como Saïd Salhi, vicepresidente en el exilio de la Liga Argelina de la defensa de los Derechos Humanos, organización ilegalizada por el régimen de Argel, ha denunciado la ausencia de separación de poderes en el régimen argelino. Según Salhi, desde 2019 Argelia viene implementando medidas legislativas orientadas a cercenar la democracia y a criminalizar a la oposición, que justifican detenciones arbitrarias e ilegalización de organizaciones civiles de promoción de la democracia y los derechos humanos, como a la que él pertenece.
En este contexto, son varios los eurodiputados que han manifestado su inquietud por la deriva autoritaria de Argelia. Así, la eurodiputada liberal francesa Salima Yenbou se ha mostrado muy preocupada por la situación de las más de trescientas personas presas por haber participado en las manifestaciones del movimiento prodemocrático del Hirak. Yenbou también se ha mostrado “alarmada” por el cierre gubernamental de medios de comunicación no afines al régimen.
El eurodiputado neerlandés Peter Van Dalen se ha mostrado muy preocupado “por el cierre de iglesias y represión a minorías religiosas que se vive en Argelia” y ha afirmado que en Argelia “no existe libertad religiosa alguna”. Por su parte, el eurodiputado catalán Jordi Solé, ha alertado de la represión que vive la región de la Cabilia, donde denuncian que la violación de derechos humanos por parte del régimen de Argel es constante contra una comunidad que, dicen, lleva décadas marginada y olvidada. En este sentido, Solé ha lamentado la ilegalización del Movimiento de Liberación de la Cabilia, el cual reivindica la soberanía de esta región desdeñada por Argel.
Los eurodiputados han coincidido en que la Unión Europea debe de hacer valer el acuerdo de asociación con Argelia, cuyo artículo 2 sienta como base del partenariado la defensa y promoción de la democracia y de los derechos humanos. El neerlandés Van Dalen, en este sentido, ha ido un paso más allá y ha solicitado la suspensión de las relaciones económicas con Argelia hasta que el país norafricano respete los derechos humanos.
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