La Policía griega ha registrado este viernes la estación de Larisa para requisar todo tipo de documentos que ayuden en el esclarecimiento del accidente ferroviario que hasta el momento ha dejado 57 muertos, en su mayoría universitarios.
Según señalan los medios griegos, un equipo policial irrumpió en la estación y la oficina del jefe de la estación de Larisa e incautó documentos, audios, y otros elementos relacionados con el tráfico de trenes.
El registro fue ordenado por la Fiscalía de esta ciudad, que se ha encargado de investigar las causas exactas que condujeron a la tragedia.
El jefe de la estación, un hombre de 59 años, fue imputado ayer por “homicidio negligente” y otros delitos penados con entre diez años de cárcel y cadena perpetua.
El funcionario ya había admitido el miércoles, tras ser detenido, su responsabilidad por el error que situó el tren de pasajeros en la misma vía que un tren de carga con el que chocó, según los medios locales.
El siniestro se produjo poco antes de la medianoche del martes (22.00 GMT) cuando dos trenes -uno con 342 pasajeros y 10 empleados ferroviarios y otro de carga con dos maquinistas a bordo- chocaron cerca de la localidad de Tempe, unos 300 kilómetros al norte de Atenas.
Los ferrocarriles de Grecia, Hellenic Train, están operados por la compañía estatal italiana Ferrovie dello Stato Italiane, aunque las infraestructuras ferroviarias del país, incluidos los sistemas de seguridad, dependen de la compañía estatal OSE.
El tren de pasajeros cubría la ruta Atenas-Salónica, mientras que el tren comercial, que probablemente transportaba chapas metálicas, cubría la ruta Salónica-Atenas.
Medio centenar de personas permanecen hoy hospitalizadas, la mayoría de ellas estudiantes de entre 20 y 25 años de edad, seis de ellas en cuidados intensivos.
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