Turquía es un destino con un gran potencial para seguir conquistando al turismo internacional. Desde sus capitales, pasando por sus zonas más turísticas como la Capadocia, es un destino que está siendo cada vez más demandado no solo por los turistas europeos sino también americanos.
Aunque hoy en día muchos piensan en el turismo sanitario que ha conseguido posicionarse como referente en términos de injertos capilares e incluso medicina estética, Turquía recibe a sus visitantes con los brazos abiertos como claro contraste entre las culturas orientales y más occidentales.
Solo es necesario solicitar el visado turquia visa para poder acceder al país. Es un trámite que, hoy en día, puede hacerse 100% online y permite estancias de hasta tres meses permitiendo en ese plazo tanto realizar turismo como negocios.
Aun así, más allá de solicitar esto sería necesario contactar con consulados y embajadas para ver las condiciones sanitarias de cada momento.
5 destinos que todo circuito veraniego debería cubrir
El viaje a Turquía suele planificarse aterrizando en Estambul, una ciudad llena de contrastes en las que es necesario dejarse llevar por su propia tradición y por ser la única que tiene límite entre el continente asiático y europeo. Su gran Bazar, sus mezquitas y Santa Sofía bastan para reservar al menos dos o tres días en ella para disfrutar de su ruido, de su gente, gastronomía y, sobre todo, riqueza cultural.
Desde aquí, cada uno puede diseñar su viaje a medida. Es natural aprovechar también para visitar Ankara, su verdadera capital administrativa aunque muchos piensen que es la anteriormente mencionada. Es en ella donde se habla sobre todo de modernidad y de la cultura más actual. Es allí donde está el Museo de las Civilizaciones, el Mausoleo de Kemal Atatürk, el primer presidente de la Turquía moderna o incluso el Castillo de Ankara, una edificación fortificada que data del siglo VII.
Sin duda, un destino que no puede faltar al visitar Turquía es la Capadocia. La imagen de los globos sobrevolando las chimeneas de las hadas de esta zona semiárida es la que ha dado la vuelta al mundo convirtiendo este enclave del centro de Turquía en un espacio casi bucólico. Sin embargo, lo importante, al margen de este tipo de planes, es la historia que esconden esas formaciones rocosas en forma de casas de la Edad de Bronce, el refugio de los primeros cristianos o incluso las iglesias que fueron construidas en la roca.
Su aldea troglodita pone en relieve la habitabilidad de la zona desde épocas remotas y que es obra de esos primeros cristianos que huyeron de la persecución romana.
En la zona, el Devrent Valley permite visitar un espacio en el que las formaciones rocosas invitan a la imaginación ya que muchos dicen que tienen incluso forma de animales.
Éfeso es otro de los rincones turcos que nadie debería pasar por alto cuando vuela dentro de sus fronteras. Es ahí donde esta zona histórica muestra la influencia de las civilizaciones griegas y romanas en este área y se abre también al mar Egeo. La Biblioteca de Celso, la Basílica de Saint John o la propia Casa de la Virgen María.
Sin duda, son los Templos, tanto de Artemisa como de Adriano los que más miradas consiguen ganarse, pero hay todo un mundo arqueológico por descubrir en este destino que nada tiene que envidiar a otros más famosos griegos.
Y qué decir de Troya. Más allá de sus leyendas, de toda la historia, de las películas que se han rodado con ella como protagonista está esta colina de Hisarlik para disfrutarla pisando un suelo histórico.
Escenario ineludible de La Iliada, contiene algunos de los recintos más conocidos a nivel arqueológico de la zona.
Todo esto es motivo para planificar un verano en Turquía, pero además está toda su gastronomía, su cultura y los eventos que se vienen celebrando en sus ciudades.
Gastronomía turca
¿Qué se puede comer en Turquía?
Turquía tiene una riqueza gastronómica que une lo mejor del estilo especiado de la comida asiática con los mejores productos mediterráneos, lo que hace que sea una de las más ricas y sabrosas de la zona.
No es raro que sirvan, en primer lugar, la llamada sopa turca o Çorba, que casan en cualquier momento porque pueden ser ingeridas en frío o caliente. Pueden llevar ingredientes variados partiendo de la lenteja roja, yogur o de la bebida turca ayran. A esta le siguen los Meze o entremeses, típicas ensaladas y entrantes que sirven para abrir bocado.
Quizá lo más internacionalizado de su gastronomía es el kebab, aunque en sus calles lo encontrarás bastante más especiado.
Pero, sin lugar a dudas, si de tradición se refiere, es el momento de pasarse al dulce con el Baklava, un pastel de nueces bañado en almíbar o miel que conquista a los paladares más exquisitos.
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