A pesar del resultado (47-40) el Bahía de Cádiz cuajó una meritória actuación en una cancha donde, de seguir todo así, no va a ganar ningún equipo esta temporada. La expedición salió de Bahía Sur el mismo día del partido, el pasado sábado 18 de febrero a eso de las seis de la mañana rumbo al aeropuerto de Málaga de donde partía el avión que los dejaría en la ciudad autónoma. Lamentablemente el aeropuerto melillense quedó cerrado al tráfico durante gran parte de la mañana debido a que la calima no permitía la visibilidad para el despegue y aterrizaje de aviones. Ante esta tesitura el equipo gaditano tuvo que armarse de paciencia en el aeropuerto malacitano y esperar a que finalmente despegara la aeronave mas allá de las tres de la tarde.
El plan original de almuerzo temprano y descanso en el hotel hasta las seis quedó reemplazado por un maratón de avión / bus / hotel que no dejó tiempo alguno de descanso a los jugadores del Bahía de Cádiz, que acudieron al pabellón Guillermo García Pezzi poco antes de las siete de la tarde para comenzar el juego a las siete y media. Allí lo que le esperaba no era mucho mejor.
Los dos equipos tenían la experiencia del enfrentamiento de la semana anterior en Bahía Sur donde los gaditanos ganaron por 65 a 50, así que ambos técnicos y los jugadores tenían frescas las virtudes y defectos de cada equipo contrario. Todo estaba servido para que este partido aplazado de la primera jornada fuera un bonito y emocionante partido de baloncesto en silla de ruedas pero los colegiados se erigieron lamentablemente en los protagonistas del encuentro perjudicando en general en todo el encuentro al equipo visitante y en particular desde que los gaditanos se colocaron con el máximo de diez puntos de ventajas mediado el segundo cuarto, se sucedían despropósitos como faltas personales sin tocar al jugador contrario, varias violaciones por pasos que sólo veían los trencillas, anulación de tiro libre convertido por sobrepasar la línea de tiro que igualmente sólo vió el árbitro, cortesía de tres tiros libres por falta fantasma en tiro de triple finalizando el primer cuarto, anulación de canasta in extremis de cumplir la posesión de 24 segundos cuando la bola ya estaba casi para tocar el aro, una ridícula e inexistente falta de saque, una interpretación de circo de la regla de los tres segundos y desigual rasero para las faltas de uno y otro equipo.
En lo deportivo, aunque con esta realidad el deporte pierde su significado, el Bahía de Cádiz cuajó una notable actuación en cuanto a calidad de juego en equipo, que el entrenador Javier Martínez quiere imponer como primera piedra en el modo de juego gaditano. Si es cierto que se sufrió a veces en la salida de balón cuando los norteafricanos apretaban la presión a toda cancha pero se consiguieron puntos trabajados en la pintura y en jugadas con circulación rápida de bola.
En defensa también el trabajo fue enorme y los jugadores melillenses tuvieron que dar lo mejor de si mismos para perforar el aro gaditano estando muy acertados, sobre todo Jouardi, y Abdelkader y Rachid que consiguieron dobles dígitos. Al menos los gaditanos saldrían beneficiados ante un hipotético empate en la clasificación final ya que mantienen un +8 después de jugarse el encuentro de ida y de vuelta de la Liga regular aunque eso es poco premio para lo que merecieron los jugadores en la pista de juego.
En el Bahía de Cádiz los puntos estuvieron muy repartidos y destacaron como equipo aunque lamentablemente no volvieron a casa con la victoria.
El próximo enfrentamiento del Bahía de Cádiz será el domingo 5 de marzo a las 12:00 horas ante el dificil Covirán Churriana Inclusivo de Granada en el pabellón Municipal de Bahía Sur de San Fernando.
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