Una encuesta revela que siete de cada diez españoles apoya la retirada de la obligatoriedad de llevar mascarilla en el transporte público, mientras que tres de cada diez no está de acuerdo con esta medida que aprobará el Gobierno el próximo 7 de febrero.
La encuesta, realizada por Ipson a 400 personas ayer, el mismo día del anuncio, revela que los que están de acuerdo refieren la incongruencia de esta medida en otros espacios públicos donde se concentra mucha gente como centros comerciales, restaurantes, etcétera y porque se trata de un paso más hacia la normalidad.
No obstante, el 80 por ciento de los consultados apoya también que la mascarilla siga en espacios médicos, sanitarios y residencias de mayores, en línea con lo que ha decidido el Gobierno.
Más de la mitad de los encuestados que están a favor de esta medida, usan el transporte público de media entre tres y cuatro veces por semana, y un 23% lo hace a diario.
Por el contrario, entre los que no están de acuerdo con la retirada de las mascarillas en el transporte público, un 55 % afirma que todavía hay una gran incidencia de COVID y que por ello debería alargarse esta medida.
Por otro lado, un 52 % cree que sería conveniente mantenerla por la alta incidencia de enfermedades contagiosas como la gripe y otros catarros, y un 48 % está en desacuerdo por la preocupación que le causan las noticias que llegan desde China.
Las organizaciones de sanitarios, en cambio, se mostraron ayer de acuerdo con esta medida aunque tanto enfermeros como epidemiólogos piden que sigan llevándola aquellos que tengan síntomas de gripe, covid u otras enfermedades respiratorias.
Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, ha mostrado su comprensión con la propuesta, ya que, asegura, la mascarilla se ha retirado ya de los lugares con gran afluencia de público sin que ello haya provocado impacto en el sistema sanitario.
La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) cree que, dada la situación actual, mantener la obligatoriedad de la mascarilla en el transporte "no tiene sentido" y de hecho se podía haber quitado hace meses, pero ha insistido en que las personas vulnerables o con síntomas de cualquier infección respiratoria se la pongan.
Para su presidente, Óscar Zurriaga, "parece ser razonable" que el cubrebocas deje de ser obligatorio en los transportes cuando la situación, que es la que "debe marcar el uso de unas medidas u otras de prevención", es estable desde hace semanas tanto para el SarS-CoV-2 como para el resto de virus respiratorios.
Los farmacéuticos, que deberán llevar en sus puestos de trabajo la mascarilla aún, están de acuerdo en que se debe seguir todavía alerta en especial en todos los centros sanitarios y establecimientos sanitarios, incluidas las farmacias, "ya que todavía vemos a diario casos positivos y sospechosos".
"En especial a lo largo de las últimas semanas con el incremento de enfermedades respiratorias cuyos síntomas son muy similares a la covid y pueden confundir", ha asegurado.
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